La iniciativa fue aprobada por amplia mayoría, aunque el PJ planteó sus críticas al destacar que se trata de una cuestión "declarativa", ya que la previsión de recaudación será menor a lo que se perderá por la rebaja del otro gravamen. Desde el oficialismo se defendió la medida como una forma de compensar la eliminación del impuesto sobre el endeudamiento empresario, considerada por el Gobierno como un gravamen distorsivo que desincentiva la inversión.

El proyecto establece la eliminación en etapas que culminan en el año 2002 del impuesto sobre los intereses pagados. A cambio, reestablece el gravamen con Ganancias de los plazos fijos que tomen las empresas, impuesto eliminado en 1996.