Evitar una defensa explícita del ex presidente Carlos Menem pero endurecer la postura frente a la Alianza: la estrategia resuelta por el bloque justicialista marcará la semana próxima el ritmo de la Cámara de Diputados. Pero las diferencias en el PJ vuelven poco probable que la postura pueda sostenerse en el tiempo.
La intención de la mayoría de los legisladores del Justicialismo, a diferencia de los pedidos enfáticos del menemismo, es esquivar una defensa a ultranza de Menem, sobre todo antes de conocer las pruebas que tuvo la Justicia para detenerlo.
A pesar de la distancia tomada con los problemas judiciales del presidente del PJ, los aires en la cámara amenazan con volverse más sombríos durante los próximos días.
En el despacho del presidente del bloque, Humberto Roggero, un grupo de referentes de los diputados justicialistas integrado, entre otros, por el bonaerense Eduardo Camaño, los menemistas Miguel Angel Pichetto y Manuel Baladrón, el santafesino Oscar Lamberto y el puntano Oraldo Britos, acordó quitar colaboración al oficialismo y presentar una agenda propia de proyectos.
En el paquete de medidas figuran impulsar el rechazo a tres decretos del Poder Ejecutivo que habrían excedido el marco de facultades delegadas por el Congreso y cuestionar las comisiones y los montos del megacanje de la deuda externa. Pero hay diputados del PJ que creen que la estrategia tomada en el despacho de Roggero apunta más a tranquilizar al menemismo herido que a cambiar realmente las reglas de juego de la Cámara de Diputados.
De hecho, uno de los autores de los proyectos incluidos en la batería de medidas confrontativas se quejó porque consideró su trabajo quedaba enredado en la telaraña de reacciones generadas por la detención de Menem.
En la cúpula del bloque del PJ, por primera vez desde la asunción del presidente Fernando de la Rúa, los maleficios murmurados con bronca apuntaron directamente contra la UCR.
Al ser consultado sobre las advertencias del PJ, un alto operador del bloque radical consideró que el malestar justicialista estaba lejos de "ser neutro" y reconoció que podía tener "costos".
Pero aseguró que en los encuentros mantenidos con sus pares justicialistas "cada uno ofrece un planteo diferente" y que, hasta ahora, nadie le advirtió sobre un corte en la comunicación entre ambas bancadas.
Por el lado del Senado, el jefe de la bancada justiciailsta, José Luis Gioja, aseguró que "no vamos a hacer obstruccionismo".
El jefe de la bancada, José Luis Gioja, reflejó con claridad el pensamiento del conjunto, cuando aseguró que "el justicialismo no va a abandonar su compromiso con la gobernabilidad que mantuvo siempre en esta cámara, ni va a practicar un obstruccionismo sin sentido". La bronca, no exenta de moderación, que habían manifestado puertas adentro los más menemistas del bloque, Eduardo Bauzá y Carlos Corach (Eduardo Menem no estuvo pero fue el más virulento en sus declaraciones públicas) había sido absorbida por la cautela común y la conciencia generalizada de que no había margen político para fuertes demostraciones opositoras.
En este sentido hubo un episodio representativo: mientras en la tarde del jueves en el bloque discutían qué hacer ante la situación de Menem, el senador Remo Costanzo estaba en la Casa de Gobierno para la firma de un acuerdo de competitividad con el sector frutihortícola. Después de saludar muy amablemente al presidente Fernando De la Rúa, el senador rionegrino invitó a Cavallo al bloque. Costanzo informó después al bloque y, pese a que en ese momento algunos estaban hablando de endurecer posiciones con el oficialismo, sus pares aprobaron su gestión y su diálogo con el Ejecutivo.
La bancada opositora aspira, como compensación por la aprobación de la ley que incorpora el euro como nuevo parámetro del peso, a arrancarle el compromiso al ministro de que en breve instrumentará planes de competitividad para sectores económicos vinculados con producciones regionales.
Como materia de discusión quedarán los pliegos de los cuatro directores del Banco Central propuestos por el gobierno que aún deben ser aprobados por el Senado y cuyos antecedentes, según el PJ, encuentran incompatibilidades con la ley de Etica Pública por haber trabajado en el sector privado hasta hace menos de un año.
En aquella reunión también se acordó aprobar esta semana sin plantear inconvenientes el proyecto de ley que amplía las facultades de la policía, que es reclamada insistentemente por el Poder Ejecutivo porque la considera esencial para reducir el incremento de la inseguridad.
También buscarán avanzar con la trabada reforma política, que ya insumió tres sesiones y más debates que progresos.
Esta estrategia de "seguir acompañando al gobierno que eligió la mayoría", tal como lo define la conducción de la bancada, probablemente tendrá algunos atenuantes que permitirán defender un discurso cercano al de una oposición.
Uno de los temas que podrían ser utilizados para mantener el rol es el de los directores del Banco Central, sobre todo porque en el justicialismo hubo poco entusiasmo con el modo en que fue removido Pedro Pou.
Pero además porque la aceptación del pliego de Roque Maccarone como su sustituto tuvo como complemento una advertencia: "Nosotros le damos acuerdo al presidente del Central pese a que viola la ley de Etica, pero el resto no pasa".
Otro asunto -tampoco considerado crucial por el gobierno- que puede llegar a generar algún tipo de conflicto son los pliegos remitidos desde Cancillería para designar embajadores.
El malestar en este caso se genera porque consideran que el reparto de destinos ideado por el ministro Adalberto Rodríguez Giavarini no fue equitativo, ya que la mayoría de las designaciones corresponden al oficialismo.
De todos modos, son temas menores que no amenazan alterar la posición dialoguista que mantuvo el bloque justicialista desde que la Alianza asumió en diciembre de 1999.
Así lo expresó el radical Leopoldo Moreau en un agasajo por el día del Periodista, el mismo jueves que Menem quedó detenido: "En el Senado no va a haber cambios en la relación oficialismo-oposición. A nadie le conviene que los haya".
Por su parte, el senador justicialista Carlos Corach advirtió que el PJ "no puede reaccionar histéricamente y obstruir la labor del Gobierno", como represalia por la detención de Carlos Menem, y sostuvo que si el ex presidente "es absuelto, saldrá de todo esto más fortalecido políticamente de lo que entró".
El ex ministro de Interior dijo que "no me consta ninguna influencia del Gobierno sobre la causa", y expresó su esperanza de "que no se haga un aprovechamiento político de esta circiunstancia".
Corach negó haber influido sobre la justicia cuando era ministro, y señaló que la causa por la venta ilegal de armas "lleva siete años, y cinco de ellos pasaron durante el gobierno de Menem. Si realmente huiera habido operaciones para protegerlo, hubiéramos actuado sobre la causa, y eso no ocurrió".
A su vez, el titular de la Cámara baja, Rafael Pascual, calificó hoy de "irracional" y "absurdo" que el PJ tome represalias por la detención de Carlos Menem.
El jefe de la Cámara baja consideró que el justicialismo tiene "pretensiones de gobernar lo antes posible" la Argentina y, en consecuencia, especuló, "no las va a dilapidar con venganzas absurdas".
"Que vaya a tomar una represalia por esto me parecería absolutamente irracional y alejado de lo que ha hecho el justicialismo en este año y medio en ambas cámaras", sostuvo Pascual, al salir al cruce de las versiones en ese sentido.
Pascual recordó que la causa judicial de las armas "viene del '97, fue iniciada durante el gobierno del doctor Menem y por un juez designado por el doctor Menem" y agregó que "la decisión que el juez toma está basada en testimonios por miembros del gabinete del doctor Menem".
Pascual dijo que "estos pronósticos agoreros los escuchamos antes del 10 de diciembre del '99 cuando decían que porque la Alianza no tiene mayoría en Senadores y no tiene quórum propio en Diputados no íbamos a poder sacar las leyes que necesita el Ejecutivo".
"Sin embargo hubo un gran patriotismo del justicialismo para sacar la mayoría de las leyes. Lo que ha hecho el gobierno de la Alianza es ratificar el compromiso electoral de una Justicia independiente una vez que asumiéramos en el poder".