Integrantes de las tres cámaras que nuclean a la industria farmacéutica (Caeme, Cilfa y Cooperala) expresaron su "enérgico rechazo a la sustitución de las recetas en las farmacias y alertó sobre las graves consecuencias que ocasionaría la errónea intercambiabilidad de los medicamentos".

"En el mercado argentino no existen medicamentos intercambiables de acuerdo con las definiciones y parámetros internacionales, con lo que sería erróneo aplicar las previsiones de dicho proyecto", aseveraron los representantes del área farmacéutica.

La industria denunció que "el proyecto se basa en la intercambiabilidad de los medicamentos, cuando en la Argentina no hay productos medicinales intercambiables, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud".

"El texto aprobado por los senadores tiene serias falencias conceptuales y riesgosos vacíos técnicos y legales en cuanto a la implementación de la norma y a la cadena de responsabilidades, lo cual sería de altísimo riesgo para la salud de la población", añadieron por medio de un comunicado. Además, destacaron que "la obligatoriedad de prescripción de genéricos vulnera la libertad del médico, que es quien conoce al paciente, toda vez que éste es el responsable de los datos que hacen al tratamiento de los pacientes".

"Se confunden los temas de acceso a los medicamentos, que son de índole económica, con la prescripción y sustitución, que son aspectos exclusivamente técnicos. El proyecto deja muchas dudas. Bajo estas circunstancias, ¿será la recomendación del farmacéutico la más conveniente para el paciente?", añadieron.

A todo esto, el ministro de Salud, Ginés González García, sostuvo que la política de prescripción por genéricos, orientada a bajar los precios de los medicamentos, "es buena para el país y para los médicos", al referirse al nuevo Formulario Terapéutico Nacional, realizado por la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA).

El funcionario recordó que en su reciente gira a los Estados Unidos explicó que el problema de Argentina es que cuando antes se gastaba en salud hasta 650 dólares por cabeza, ese valor se redujo a 150, tras la devaluación. "Esa es nuestra catástrofe, la epidemia que tenemos", recalcó. De manera que la política de prescripción por genéricos, para bajar los precios de los medicamentos, "es buena para el país y para los médicos, ya que es un volver a las fuentes, a la universidad, a encontrarse con uno".