A una semana de partir hacia Roma, donde se hará cargo de la embajada argentina ante Italia, Roggero se despidió de sus colaboradores y de los cronistas parlamentarios en la sede de la presidencia de la bancada justicialista, que ocupó durante cinco años y medio.

"El objetivo que nos fijamos fue recorrer un camino de equilibrio y cordura, sin dejarnos llevar por los extremismos y las falsas opciones que eran ajenas a la democracia", dijo.

El riocuartense reconoció que "falta mucho por hacer", aunque consideró que el año arroja un balance "positivo" si se tiene en cuenta que "el 2002 no fue un año normal, ya que comenzó con la paz social alterada y la población inmersa en un desconcierto sin precedentes en la historia" del país. Roggero destacó, no obstante, que el bloque justicialista contribuyó decisivamente a la sanción de 20 proyectos de ley enviados por el Poder Ejecutivo o impulsados por legisladores.

Entre las leyes más importantes, citó la prórroga de los impuestos a las ganancias y sobre los bienes personales, la de concurso y quiebras; la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate; los presupuestos de 2002 y 2003; la Ley de Educación Superior; la de financiación a partidos políticos; las reformas al Código Penal en los delitos sobre la vida; la derogación de la ley de subversión económica y la reforma al Código Nacional Electoral.