El bloque justicialista discutirá esta semana su futura conducción, integrada desde noviembre pasado por un triunvirato compuesto por el menemista Manuel Baldrón, el duhaldista José Díaz Bancalari y el santafesino Jorge Obeid.
La mesa de conducción de la bancada justicialista acordó en principio la semana pasada mantener hasta diciembre la conducción tripartita, que se desempeña desde que el ex presidente Humberto Roggero marchó a Roma para ocupar la embajada argentina en Italia.
Díaz Bancalari dijo el jueves pasado que "por ahora no se elegirá un nuevo presidente" y consideró que "lo más apropiado es esperar hasta el 10 de diciembre próximo", cuando se produzca la renovación parlamentaria.
El Grupo Talcahuano, cuyo principal referente es Sergio Acevedo, considera que la cuestión debería ser debatida por un plenario de bloque a la luz de la nueva realidad política surgida de las últimas elecciones nacionales. Los diputados de este grupo integrado también, entre otros por el santafesino Julio Gutiérrez, el mendocino Arturo Lafalla, y el porteño Gerardo Conte Grand, aspiran al menos a ocupar algunos cargos en la mesa de conducción de la bancada, en la cual hoy no tienen representación alguna.
De los tres integrantes de la conducción actual, Díaz Bancalari aparece como el hombre con mayor consenso para ocupar la presidencia del bloque, pero su postulación se topa con el inconveniente de que es bonaerense al igual que el titular de la Cámara, Eduardo Camaño.
Con este debate abierto, Camaño, Díaz Bancalari, Baladrón y Obeid se reunirán mañana con el presidente y el vice del bloque menemista Azul y Blanco, Oscar González y Ricardo Quintela, para intentar la reunificación de la bancada.
Los menemistas conforman un bloque independiente que integran una veintena de legisladores y en esas filas coexisten quienes pretenden volver al bloque justicialista y quienes desean mantener la independencia.
La división del bloque del PJ tuvo lugar tras el Congreso partidario de Lanús de enero último, en el que se dispuso la suspensión de las internas partidarias presidenciales y se impuso el sistema de neolemas. El menemismo, que había rechazado estas decisiones, se alejó por ese motivo del bloque oficialista que por entonces integraban unos 120 legisladores. Los diputados afines a Carlos Menem conformaron en ese entonces el denominado bloque "Azul y Blanco", que integraron unos 30 legisladores.