El legislador se pronunció "decididamente en contra del proyecto de anulación", de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Estimó que se trata de una "verdadera aberración jurídica, que se haya pensado que el Congreso puede anular una ley, dado que es sabido que las facultades del Congreso son para sancionar, modificar o derogar, pero nunca anular, porque la anulación es una sanción cuando el acto tiene un vicio".

Menem estimó que estas leyes, "más allá que nosotros no las hemos compartido, yo las voté en contra, no puede decirse que hayan tenido algún vicio de tipo formal como para merecer su anulación".

"La anulación -añadió-, sólo la puede disponer el Poder Judicial, si hubiere una causa sustancial y ahora lo que me he enterado es que a la anulación se la está buscando disfrazarla con una nueva terminología que es la de inoponibilidad, que no es una categoría jurídica existente en el derecho penal, así que no creo que resista el menor análisis jurídico".

El senador precisó que aun cuando la Corte Suprema de Justicia las declare inconstitucionales, "podrá tener efecto para el futuro pero no para el pasado".