"Se avanza en torno a un movimiento que tendría una base claramente peronista, con el acompañamiento y la colaboración transversal de otras líneas de pensamiento", afirmó Falú, uno de los diputados más cercanos al Gobierno.

A su vez, el presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño, manifestó sus dudas sobre la efectividad de las alianzas políticas "transversales" a la hora de "sacar leyes" en el Congreso. "Lo que me preocupa es que estas alianzas sirvan para sacar leyes. Si se hacen para que (los aliados) se queden con el rédito pero no compartan el costo social que implica votar leyes que a veces duelen, entonces esas alianzas dentro del Congreso no sirven", afirmó Camaño.

El titular de la Cámara baja afirmó que "hubo dos leyes difíciles que los 'aliados transversales' rechazaron", en referencia a las normas de compensación bancaria y modificación de la carta orgánica del Banco Central. "Eso sí -admitió-, permanecieron en el recinto para dar quórum, lo que nos permitió debatir y aprobar las normas. Si la alianza me permite que digan que no a una ley pero que se queden, a mí me sirve parlamentariamente. Si no, no. Yo lo que necesito es votar y para eso necesito legisladores que acompañen los proyectos que envía el Gobierno", indicó Camaño.

Por su parte, Falú consideró que la "política transversal" es "un reclamo social, no una inventiva esotérica del Presidente de la Nación".

Esta estrategia de Kirchner provoca algunos cortocircuitos internos en el PJ, sobre todo entre los más fieles seguidores del Presidente y el duhaldismo, que incluso ya le pidió al jefe de Estado que se haga cargo de la conducción partidaria. "Creo que nadie va a desconocer que el peronismo se transforma en el horcón que sostiene el rancho, pero necesariamente tiene que haber de modo transversal vigas que sostengan y colaboren al trabajo, que no debe seguir siendo exclusivo y excluyente del peronismo", dijo, en este marco, el kirchnerista Falú.