El bloque justicialista del Senado resolvería esta semana la situación de María Laura Leguizamón, que pretende ocupar la tercera banca por la Capital Federal, tras una resolución de la justicia en favor de su ingreso.
La justicia falló hace más de tres meses sobre el resultado de la elección del 14 de octubre del 2001 en la que se disputaban tres bancas por la Capital Federal, decidiendo que el lugar correspondía a Frente por un Nuevo País, el sector que postulaba al actual ministro de Justicia, Gustavo Beliz como senador titular y a Leguizamón como suplente. Así, resolvió que los aristas Alfredo Bravo, y tras su fallecimiento, Susana Rinaldi, no podían acceder al Senado, pese a que en conjunto con otras listas sumaban más votos que la lista denominada Frente por un Nuevo País.
El tema está frenado en la Comisión de Asuntos Constitucionales que maneja la senadora Cristina Fernández de Kirchner, y que había decidido dejar la designación en "suspenso" hasta que se celebraran las elecciones a jefe de gobierno porteño, con el argumento de no "entorpecer" la campaña electoral.
Con estos argumentos ("la comisión esta abocada al proceso de juicio político", dijo en varias oportunidades Fernández de Kirchner) el tema no es tratado en el Senado a pesar de que Leguizamón ya tiene el visto bueno del bloque justicialista para asumir.
Los senadores del PJ firmaron una carta respaldando el ingreso de Leguizamón hace algunas semanas y el tema fue vuelto a tratar en la reunión del bloque realizada el miércoles último. Allí, un grupo de senadores, encabezado por la duhaldista Mabel Muller, le plantearon al jefe de la bancada, Miguel Angel Pichetto, la necesidad de tratar la designación de Leguizamón sin más dilaciones.
Tan fuerte fue el reclamo de este grupo, que hasta amenazaron con no bajar al recinto a tratar la continuación del juicio político contra Moliné pactado para ese día, según comentó un senador peronista. Pero la buena disposición de Pichetto, y una promesa de dialogar con la primera dama, hizo que la sangre no llegue al río, a pasar de las advertencias de la senadora bonaerense.
Finalmente, el asunto nunca se volvió a incluir en el temario de la comisión y la banca permanece desierta pese a la insistencia de muchos peronistas para que se apure el tratamiento del tema.
De hecho, la semana última, la senadora bonaerense Mabel Muller y un par de senadores amenazaron con no sumarse más a las iniciativas apoyadas por el bloque si no se decidía antes el ingreso de Leguizamón. Este condicionamiento no cayó bien entre muchos senadores del bloque mayoritario, que tratarán de no forzar la situación para evitar que se dé una situación como la ocurrida en 1998.
Ese año, en una forzada interpretación reglamentaria el bloque peronista avaló los ingresos del chaqueño Hugo Saguer y del correntino Rubén Pruyas en lugar de representantes de otras fuerzas, y eses después la Corte Suprema aportó lo suyo al avalar lo resuelto por la Cámara alta.
Esta es la cuestión que divide al bloque peronista más allá de que se intente mostrar hacia afuera que la mayoría está de acuerdo con el ingreso de Leguizamón.
Varios senadores prefieren considerarse prescindentes del fallo de la Corte y respetar lo que el electorado porteño manifestó a través de los votos: que prefería a Bravo-Rinaldi por sobre Beliz-Leguizamón.
Los que apuran la designación de Leguizamón sumaron un nuevo argumento esta semana tras las elecciones para senadores en Mendoza, donde el PJ experimentó una situación similar ante la suma de los votos de los senadores con los de otras fuerzas.
La senadora mendocina María Perceval -que buscaba la reelección desde un segundo lugar en la lista- realizó la presentación judicial correspondiente para buscar por esa vía el mismo resultado que obtuvo Leguizamón.
Los más insistentes con pedidos de ingreso de Leguizamón y Perceval advierten que sin estas dos bancas el bloque quedaría con 38 miembros, sólo uno más que el quórum necesario para iniciar una sesión.
