El juez federal Rodolfo Canicobal Corral negó haber dicho que no habrá presos en el marco de la investigación sobre el pago de sobornos en el Senado, y enfatizó que la aplicación de penas corresponden a la etapa de juicio oral.
"El juez de Instrucción no aplica penas ni condenas. Esa es función del juicio oral y público. Hacemos una investigación que posibilite la realización del juicio oral", precisó Canicoba Corral.
El juez salió de esa manera al cruce de versiones periodísticas que señalaron que habría pronosticado que ninguno de los involucrados en el caso de las presuntas coimas en el Senado iría preso.
Según las versiones, Canicoba Corral habría hecho esa afirmación durante una reunión convocada por el pleno de la Cámara Federal.
El juez rechazó esa versión y evaluó que esa conclusión surgió de una "confusión de términos técnicos del Derecho Penal con otros que son corrientes".
En la causa por los presuntos sobornos están mencionados una docena de legisladores que están sospechados de haber estado involucrado en cobros ilícitos, con el objetivo de facilitar la sanción de la reforma laboral. Entre los ahora ex legisladores mencionados, se cuentan los justicialistas Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Constanzo, Julio San Millán, Hugo Sager, José Luis Gioja, Beatriz Raijer y Carlos De la Rosa.
Mientras tanto, se supo que la situación del ex senador Emilio Cantarero ante la Justicia podría complicarse por la confirmación de un llamado telefónico que realizó a su celular Mario Pontaquarto la noche en que le habría entregado el dinero que se utilizaría para el pago de sobornos a senadores.
Un entrecruzamiento telefónico incorporado en la causa confirmó que la noche del 26 de abril de 2000, cuando Pontaquarto supuestamente entregó a Cantarero 4,3 millones de pesos que serían utilizado para el soborno, se comunicó al teléfono móvil de Cantarero desde una zona lindante a su departamento ubicado en la calle Callao y Posadas. Según dijo Pontaquarto ante la Justicia, esa noche al salir del Senado tras la sanción de la Ley de Reforma Laboral se dirigió al departamento de Cantarero, pero como éste le había "manifestado que antes de llegar" lo llamara "para abrir el portón del edificio", "cinco minutos antes" se comunicó a su celular para "decirle que estaba llegando".
Los investigadores pudieron corroborar no sólo que esa comunicación existe sino que fue realizada desde una "celda" -como se dividen los sectores de telefonía- que se corresponde a Callao al 1800, justo en la cuadra donde vivía en ese momento Cantarero.
Con los resultados de ese entrecruzamiento, Canicoba Corral pudo incorporar una dato más en la causa que le da verosimilud a la confesión del arrepentido Pontaquarto, la cual se suma a la confirmación por parte del hotel Howard Johonson de que la noche del 26 de abril de 2000 estuvo alojado en una de sus habitaciones.
Así lo había referido Pontaquarto al declarar ante el juez cuando aseguró que, de ese hotel, retiró "el maletín, la valija y la caja" con el dinero que finalmente dejó en el departamento de Cantarero.
Fuentes judiciales confirmaron que la línea investigativa del juzgado está orientada hacia la acumulación de este tipo de indicios que puedan probar o no que el ex secretario Parlamentario dijo la verdad ante la Justicia.