Miles de personas se concentraron en la Plaza de los Dos Congresos para expresar su respaldo al presidente Néstor Kirchner, en el marco de una inusual movilización que combinó los clásicos bombos de militantes peronistas con las pecheras de agrupaciones piqueteras.
Un abanico de organizaciones -desde la CGT "disidente" hasta los piqueteros de la Federación de Tierra y Vivienda y los diversos sectores del PJ bonaerense- respondieron a la convocatoria oficial y llegaron hasta el Congreso para la apertura del período de sesiones ordinarias.
La movilización colmó las expectativas de la Casa Rosada ya que por momentos llegó a ocupar gran parte de esa plaza, una de las más difíciles de llenar según varios de los dirigentes convocantes, a pesar del intenso calor que elevó la temperatura porteña.
Fueron 15 mil personas las que, según la Policía Federal, llegaron hasta las puertas del Parlamento portando, en su gran mayoría, banderas argentinas, como lo habían pedido los organizadores que buscaron, infructuosamente, evitar las consignas sectoriales o partidarias.
Desde temprano, las calles de la zona de Congreso habían permanecido virtualmente desiertas, un poco por la previsión de los automovilistas que buscaron evitar congestionamientos de tránsito y otro poco por el operativo de seguridad, en el que participaron 800 efectivos policiales. De todos modos, hasta pasadas las 11:00 -el horario previsto para el inicio del discurso presidencial- la plaza y sus alrededores mostraban un panorama que auguraba una escasa concurrencia a la convocatoria.
A esa hora ya eran varios los niños que jugaban en las fuentes de aguas de la plaza mientras algunos mayores refrescaban sus pies, en un remedo de una escena cara a los sentimientos de la historia del peronismo.
"Va a venir mucha gente, lo que pasa es que el tránsito está algo retrasado por el cambio de temporada", confiaba a esa hora el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, quien junto al gobernador bonaerense Felipe Solá se acercaron a las vallas a saludar a los manifestantes.
Las predicciones del funcionario se cumplieron casi 40 minutos después, cuando Kirchner bordeó la Plaza de los Dos Congresos por la avenida Rivadavia seguido por una columna de piqueteros que desbordó el cordón policial.
Por entonces, una masiva columna del gremio de Camioneros de Hugo Moyano, seguida por otro nutrido grupo que encabezaba el diputado bonaerense Osvaldo Mércuri, habían poblado el flanco izquierdo de la plaza, sobre la calle Irigoyen.
A su vez, una gigantesca bandera con la palabra "Paz" se ubicó sobre el centro de la plaza, donde desde temprano se habían apostado varios grupos del peronismo de la provincia, con dirigentes como Mariano West a la cabeza. La llegada de Kirchner al Congreso -desde cuya explanada saludó a los manifestantes- hizo que se agitaran las banderas y se multiplicara el sonido de los bombos y redoblantes de los distintos grupos.
El verdadero climax de la movilización lo marcó la frase del mandatario asegurando que no pagará la deuda "con el hambre de los argentinos"; allí toda la plaza se unió a los aplausos que salían de adentro del Congreso y se prolongaron durante varios segundos.