El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, ratificó que el Gobierno "no modificará" la oferta a los acreedores privados con bonos en "default" y aseguró que la negociación con estos quedara cerrada "a mas tardar" en agosto próximo.
"Solo discutiremos la implementación, pero no la quita del 75 por ciento presentada en Dubai", aseguró el Jefe de Gabinete, sobre el reclamo de los acreedores privados que exigen al Gobierno una mejor oferta de los bonos de "default" desde principios del 2001.
"Tenemos que sacarnos la máscara y contarles a la Argentina y al Fondo lo que está pasando", enfatizó el funcionario al inició de su exposición ante el Senado, donde fue convocado para explicar el desarrollo de las negociaciones entre el gobierno y el FMI por la deuda externa.
Tras explicar que los técnicos del FMI habían aprobado las metas trimestrales acordadas oportunamente, señaló que "a instancias del Grupo de los Siete se planteó la necesidad de incorporar la situación de los bonistas privados", en lo que consideró como "la incorporación de temas que nos parecieron sorprendentes".
"Decían que no actuamos de buena fe. Pero la mejor buena fe es prometer lo que se puede cumplir. Siempre se planteó desde el gobierno que la deuda no debe condicionar ni el presente ni el futuro; pero esto de la discusión sobre la buena fe resulta complejo de admitir", agregó.
Tras explicar detalladamente los cinco puntos que pidió el FMI antes de aprobar la meta trimestral, destacó que "en enero la Argentina alcanzó el superávit prevista para todo el trimestre". Inmediatamente, aclaró que "lo del aumento de tarifas que publican algunos diarios es una enorme falsedad" y que "el aumento, anunciado oportunamente, no afecta a ninguna residencia, sino que es para los grandes consumidores".
El jefe de Gabinete puntualizó que "los que dicen que comprometamos para el pago de la deuda más del 3 por ciento del superávit fiscal, son los mismos que en aquellos años de bonanza -por la década del 90- veían como la plata llegaba alegremente al país".
Fernández también reconoció que "la tasa -de interés- que la Argentina le paga al FMI no la paga ningún otro país", insistió con que "la discusión no será fácil" y afirmó que "no se puede comprometer más del 3 por ciento del superávit fiscal".
En relación a la deuda de los acreedores privados dijo que "si hubieran invertido en un título noble, la quita que habrían recibido alcanzaría, como mínimo, al 65 por ciento".
"A mayor riesgo, mayor recompensa, pero también mayores posibilidades de perder", remarcó el Jefe de Gabinete al comparar la inversión de quienes compraron bonos argentinos "de un país con 5 mil puntos de riesgo" con quienes van a jugar al casino apostando a un solo número de la ruleta.