Con el respaldo del bloque del PJ y el apoyo de las bancadas opositoras, el duhaldista Eduardo Camaño fue reelegido como presidente de la Cámara de Diputados para un cuarto período consecutivo.
En la sesión preparatoria en la que se ratificaron las otras autoridades del cuerpo, Camaño fue votado por los bloques del PJ, la UCR, el ARI, Interbloque Federal, Frente para el Cambio y Provincias Unidas. Además, fue apoyado por el macrismo, el Frepaso y los diputados transversales que lidera Miguel Bonasso, pero se abstuvo de votarlo Luis Zamora, diputado por Autodeterminación y Libertad.
Después de confirmar la continuidad de Camaño, los diputados reeligieron al kirchnerista Eduardo Arnold en la vicepresidencia primera del cuerpo, al radical chubutense Fortunato Cambareri en la vice segunda y a la neuquina Encarnación Lozano como vicepresidente tercera en representación del Interbloque Federal.
La decisión de mantener el mismo esquema de conducción que asumió hace un año fue adoptada en una sesión preparatoria, cuya presidencia provisional debió ser ejercida por el bonaerense Jesús Blanco, por tratarse del legislador de mayor edad. Camaño fue elegido por tercera vez consecutiva con un alto nivel de consenso parlamentario ya que su designación fue respaldada por todos los bloques políticos.
Pero el dato político mas destacado de la sesión fue la preocupación que surgieron desde el oficialismo y algunos sectores de la oposición por las críticas que han surgido sobre el papel del Congreso y, en este contexto, hubo coincidencia general en defender las instituciones.
La necesidad de fortalecer las instituciones democráticas fue planteada por el presidente del bloque justicialista, José Díaz Bancalari, quien señaló que existen algunas voces desde los medios de comunicación de que se trata de un "Congreso muy caro".
Díaz Bancalari dijo que por eso Camaño era el hombre indicado porque tenía "la templaza y el coraje cívico" para afrontar las situaciones más difíciles en defensa de las instituciones democráticas, como sucedió en los finales del 2001 cuando se produjo una grave crisis institucional.
El radical Luis Molinari Romero aseguró que hoy "se requieren instituciones fuertes y democráticas" y dijo que Camaño es un hombre adecuado para conducir la Cámara para los "nuevos desafíos" que hoy se presentan por la manera que "actuó en medio de la fuerte crisis institucional del 2001".
En cambio, el titular de la bancada del ARI, Eduardo Macaluse, dijo que "es inaceptable que se quiera plantear una reducción o cierre del Congreso" pero alertó que "también es inaceptable que los propios legisladores acepten delegar todas sus atribuciones".
La designación de Camaño fue respaldada por todos los bloques con excepción de Izquierda Unida, cuyo titular Patricia Walsh, no estuvo presente, y por Autodeterminación y Libertad, la agrupación que conduce Luis Zamora.
En su discurso, Camaño agradeció su designación y se comprometió a seguir trabajando con "capacidad y esfuerzo" al servicio del cuerpo deliberativo y defendió el presupuesto que hoy tiene la Cámara, menor al de hace tres años.
