Sólo la líder del ARI, Elisa Carrió, prefirió no hacer leña del árbol caído. “Lo que sucedió en Argentina tiene que ver con todo lo que pudo ser previsto y evitado y no se evitó -dijo-. Hay una profunda ausencia de cuidado del otro. Si estuviéramos en una sociedad civilizada, mucha gente debería haber salido y hacerse cargo. Pero nadie debe hacer una utilización política en este momento, y menos yo".

Por el contrario, Patricia Bullrich dijo a través de un comunicado que "este hecho es consecuencia de empresarios inescrupulosos que priorizan el lucro por sobre la seguridad y la vida, y de la inoperancia del gobierno de la ciudad de Buenos Aires”, y enfatizó que “es imposible obviar la responsabilidad que le compete a quienes gobiernan la ciudad, que fallaron en sus funciones. Esto los convierte en responsables y cómplices de una tragedia anunciada. Peor aún es la ausencia de respeto por las víctimas, materializada en un Estado nacional ausente. En vez de acompañar a la gente, tanto el Presidente como el jefe de Gobierno se lavan las manos para resguardar sus imágenes políticas".

El jefe de Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora sostuvo que "Ibarra encabeza un gobierno que es cómplice de los empresarios inescrupulosos que lucran con la vida de los jóvenes. El es jefe de Gobierno y le echa la culpa a los bomberos. Kirchner debió haber venido inmediatamente a Buenos Aires. El creía que si venía, quedaba pegado. En estas circunstancias, todos nos mostramos como somos".

El ex legislador Jorge Altamira, referente del Partido Obrero, pidió directamente la renuncia de Ibarra, por cuanto "todas las evidencias lo colocan en el banquillo de los acusados. El manejo completamente inescrupuloso de la seguridad en las discotecas porteñas no era un secreto para él y su gobierno. Por todo ello, la tragedia es sólo una negligencia individual, ni tampoco un accidente. Es el resultado de un régimen de gobierno".