El juicio político que se le sigue al suspendido juez de la Corte Suprema de Justicia Antonio Boggiano quedará definido en la primera semana de octubre, ya que luego de la fecha de audiencias finales para el proceso, que la Cámara de Senadores fijó para el jueves 22 de septiembre, el cuerpo se tomará quince días para decidir el destino del magistrado.
El ministro se encuentra suspendido en sus funciones desde el 22 de junio, mientras el proceso que se le sigue por presunto "mal desempeño" en sus funciones continúa en el Congreso. Boggiano es el último miembro de la denominada "mayoría automática" del gobierno menemista y se encuentra investigado por sus fallos en los casos Meller, Macri y Dragonetti de Román.
En el primero, el funcionario votó con la mayoría del cuerpo que el Estado nacional no podía recurrir un fallo indemnizatorio que alcanzó la cifra de 399 millones de pesos contra una empresa que confeccionaba guías telefónicas para la desaparecida ENTeL, cuando la ingeniera María Julia Alsogaray era su interventora antes de privatizarla.
En los otros dos casos, avaló el sobreseimiento a Francisco Macri por un caso de presunto contrabando de autopartes, así como la sanción contra la jueza Haydee Dragonetti de Román que fue considerada desmedida.
Con las pruebas recogidas y los testimonios escuchados en la Comisión de Asuntos Constitucionales que preside la senadora Cristina Fernández de Kirchner, ahora será el turno de los alegatos a cargo de los abogados del ministro, María Angélica Gelli y Marcelo Sancinetti, y de la comisión acusadora, conformada por los diputados Ricardo Falú (PJ) y Hernán Damiani (UCR).
Desde las 11 de la mañana del jueves 22 se escucharán los testimonios y no se descarta que, al igual que en la sesión en la cual el cuerpo decidió su suspensión, el propio magistrado de la Corte haga su descargo formal.
Hasta ahora el único juez de la Corte Suprema de la denominada "mayoría automática" menemista destituido por el Congreso fue Eduardo Moliné O'Connor, ya que Adolfo Vázquez y Julio Nazareno renunciaron antes de que culminara el juicio político, y Guillermo López falleció cuando se sustanciaba el proceso.