Diputados duhaldistas, radicales y de un amplio arco opositor sesionaron en minoría y no pudieron tratar un proyecto para suspender por un año los remates de las propiedades de deudores hipotecarios, pero se comenzó a gestar en la Cámara baja un núcleo opositor al kirchnerismo.
La sesión especial no alcanzó el quórum necesario -de al menos 129 legisladores presentes- porque no se hicieron presentes diputados oficialistas y del macrista Compromiso para el Cambio. Tampoco se pudo debatir la renegociación del contrato entre el Gobierno nacional y la privatizada Transener (transportadora de energía), que si no es analizada en el Congreso antes de este domingo quedará aprobada por la denominada "sanción ficta" y convalidará un aumento tarifario y la condonación de una deuda que supera los siete millones de pesos.
La sesión especial que cayó esta tarde por falta de quórum había sido solitada por el bloque del ARI y reunió el inusual número de 101 legisladores en el recinto, aunque había 123 diputados en el Congreso, según precisó el presidente del cuerpo, el duhaldista Eduardo Camaño.
La sesión especial reunió más de 30 duhaldistas, casi una treintena de radicales, todo el bloque arista, socialistas, los diputados por Izquierda Unidad Patricia Walsh y por Autodeterminación y Libertad Luis Zamora, y varios legisladores de partidos provinciales.
Mientras los deudores hipotecarios reclamaban en la puerta del Congreso que sus viviendas no sean rematadas, el titular del bloque del ARI, Eduardo Macaluse, acusó al Gobierno de "tener pactos con los bancos en perjuicio de los deudores".
"El oficialismo no viene a debatir porque tendría que demostrar una alianza muy difícil de explicar, porque enfrentan electoralmente al macrismo pero se unen a sus legisladores para no dar quórum", afirmó Macaluse. Agregó: "Cristina Kirchner derrocha progresismo en el exterior, en sus discursos de campaña es enfática en las críticas a las políticas de la década pasada, pero el Gobierno manda a sus diputados a sostener, tal como lo hicieron en el pasado, políticas similares a las de los 90".
Según Macaluse, "los bancos descubrieron que es más redituable rematar las propiedades de sus deudores que refinanciar los préstamos".
El radical santacruceño Alfredo Martínez también acusó al Gobierno de "cacarear por un lado y poner los huevos en el otro" y subrayó: "ni siquiera quieren suspender los remates, para analizar el tema con tranquilidad".
Desde el duhaldismo, la preocupación principal fue -como lo explicó Graciela Camaño- que "los medios de comunicación no hablaran de los ismos (que dividen al peronismo) sino de las necesidad de resolver este problema que afecta a mucha gente".
"No estamos sentados aquí por los ismos del peronismo", insistió Camaño, una duhaldista con juego propio, que tiene predicamento dentro del bloque.