El ministro del Interior, Aníbal Fernández, defendió el accionar de policías y bomberos en la tragedia de la disco Cromañón y aseguró haber estado en contacto permanente con el jefe de Gobierno porteño An+}íbal Ibarra durante la madrugada del incendio.
"En todo momento le dijimos a Ibarra que el gobierno nacional estaba a su disposición y que poníamos todos los medios a nuestro alcance para colaborar en lo que fuera necesario", enfatizó Fernández. De hecho, el funcionario mostró un detalle elaborado por el Departamento de Sistemas del Ministerio que comanda, donde se dio cuenta de un total de 38 llamados intercambiados con Ibarra desde pasada la medianoche del 31 de diciembre hasta el 2 de enero.
El primer llamado se registró a las 0.08 del 31 de diciembre, contó el ministro, quien se presentó como testigo propuesto por la defensa de Ibarra ante la comisión investigadora de la Legislatura porteña que evalúa su eventual juicio político por mal desempeño.
"Yo no hago juicios de valor", respondió cuando se le preguntó su opinión sobre la decisión de Ibarra de seguir los hechos desde una dependencia de Defensa Civil en vez de acudir al lugar, como hizo él.
En su declaración ante la comisión que debe decidir si inicia un juicio político a Ibarra, Fernández dijo que no tiene dudas de que las fuerzas que de él dependen "disminuyeron el caos" que de inmediato se produjo en el boliche del barrio de Once y sus inmediaciones, pero aclaró que no haría "un juicio de valor" sobre el desempeño del SAME u otras reparticiones dependientes del Gobierno de la Ciudad.
En este punto, Ibarra dijo que "el canibalismo político impidió hasta ahora reconocer la tarea que se tuvo en la emergencia, tanto del SAME como de los organismos que dependen del Gobierno nacional", ya que "en una hora y media no quedaba ningún herido en el lugar de los hechos".
Como sea, Aníbal Fernández señaló ante la comisión que rechazaba la idea de que hubiera existido una "descoordinación" en el trabajo que realizaron distintas dependencias, tanto del Gobierno nacional como del porteño.
Los diputados porteños centraron el interrogatorio al titular de la cartera política en la supuesta demora de la Policía en constituir un vallado, en los mecanismos de comunicación con las autoridades del Gobierno porteño, y en el operativo de evacuación de los heridos.
Sobre el primero de esos puntos, Fernández presentó un listado con las 38 llamadas que mantuvo con Aníbal Ibarra entre la noche de la tragedia (en realidad el primer llamado fue a las 0:08 de la madrugada del 31) y la mañana siguiente, y justificó que no haya habido contacto directo entre Ibarra y el jefe de la Policía Federal, comisario Néstor Valleca.
"Ibarra tiene que comunicarse a través mío; cualquier necesidad de intervención de las fuerzas de seguridad es a través del ministro, no a través del jefe de la fuerza. Eso es así aquí y en los otros 23 distritos del país", puntualizó Fernández.
Señaló que en la primera comunicación que tuvo con el comisario Valleca, éste le dijo que no era un episodio de gravedad (porque en ese momento se lo consideraba así), pero que poco después se rectificó y le dijo que "había seis muertos", cifra que luego fue incrementándose dramáticamente.
El ministro justificó que en esa primera comunicación no hubiera una evaluación certera de lo que había pasado, pues "desde afuera no se veía fuego", y dijo que se tomó real conciencia de la tragedia que había sucedido cuando los policías lograron entrar al local.
En más de una ocasión, ante algunas preguntas puntuales de los diputados, Fernández aclaró: "no soy policía, ni bombero, ni gendarme, ni prefecturiano, soy el responsable político", y sostuvo que por lo tanto no podía hacer evaluaciones técnicas, pero subrayó que "todo se puede periciar". Dijo luego que llegó al lugar de los hechos alrededor de la 1 de la madrugada del 31 de diciembre, y que el jefe de la Policía Federal había arribado a las 00:30.
Al ser preguntado por las dificultades que hubo para tender un vallado en la zona de la catástrofe, indicó que había en el lugar unas cinco mil personas, y que "poner en caja esa situación lleva un tiempo determinado".
"Todo el caos que se observa por televisión es en un corto lapso", aseguró el ministro, quien destacó que "la llegada de los móviles es casi de inmediato", y a partir de ese punto "se hace el vallado".