La Cámara de Diputados quedó paralizada totalmente a raíz de la campaña de cara a las elecciones legislativas del próximo 23 de octubre, consolidando así el proceso que había comenzado en los últimos meses y que se profundizó al calor de la interna peronista.
Pese que la Cámara baja ya tenía en julio pasado un funcionamiento quincenal, la virtual fractura del bloque peronista, que quedó expuesta con el "pedido de licencia" del duhaldista José María Díaz Bancalari como presidente de la bancada, dilató más los tiempos entre sesiones.
Con la salida de Díaz Bancalari -que había sido cuestionado por ser el compañero de fórmula de Hilda "Chiche" Duhalde- hizo su entrada un cuarteto kirchnerista compuesto por el porteño Jorge Argüello, el cordobés Carlos Caserio, el rionegrino Osvaldo Nemirovsci y el salteño Juan Manuel Urtubey.
Pero ese cambio sumió aún más a la Cámara de Diputados en una parálisis que se extendió también a las comisiones parlamentarias, que a duras penas lograron reunir el quórum necesario para analizar y consensuar proyectos de leyes o resoluciones legislativas.
Después del receso de invierno, las pocas veces que se realizaron sesiones fue para tratar temas que interesaban al Gobierno y que el duhaldismo aceptó discutir, en lo que fueron los últimos intentos por mantener la unidad partidaria.
Así las cosas, los diputados del partido mayoritario sólo hicieron a un lado la disputa interna e impulsaron la realización de debates -los opositores reclamaron constantemente por la ausencia de sesiones- para tratar en septiembre el ingreso y egreso de tropas a la Argentina para realizar ejercicios militares con otros países. Ese mes también se aprobó un proyecto -que ya había sido tratado en agosto pero sólo se había votado en general, porque luego se cayó la sesión por falta de quórum- para otorgar mayores facultades a la AFIP con el fin de disminuir la morosidad fiscal y combatir la evasión a la seguridad social.