El aumento constante de la inflación empieza a ser un tema de debate en el Congreso, pues ese índice se ha disparado bastante más de lo que se había previsto. Pero esta discusión se profundiza por los llamados impuestos distorsivos, que se continuarán aplicando y que empiezan a representar un aumento del costo argentino.
Frente a esta problemática, el jefe de la bancada de diputados del ARI, Eduardo Macaluse, aclaró que “no hay que ser alarmista frente al tema de la inflación porque el Gobierno tiene los instrumentos legales necesarios para manejarlo, como las leyes de defensa de la competencia, de defensa del consumidor y la de abastecimiento”.
“El Gobierno dispara expectativas inflacionarias cuando permite aumentos del gas y la electricidad a los productores, porque eso provoca aumento de costos. Nunca se debería haber permitido ese aumento. El ARI el año pasado cuestionó ese aumento ante la Justicia, porque además era ilegal, pues no respetaba los pasos de la ley de emergencia económica”.
Respecto del acuerdo del Gobierno con los supermercadistas para bajar los precios, Macaluse opinó que “es insuficiente porque obviamente no resuelve el problema de fondo. Por otro lado, no se aplicaron precios de referencia al momento de hacer las ofertas, y por lo tanto es un gran engaño. El Gobierno hace gestos publicitarios fuertes y después hace lo contrario”, remató el diputado porteño.
En cuanto al sistema impositivo, el jefe de la bancada del ARI aseguró que “debiera ser más progresivo”, lo cual “se lograría aumentando las alícuotas y el impuesto a las ganancias para los sectores de mayor poder adquisitivo”. Además, señaló que “es preciso bajar el IVA, empezando por los 65 productos de la canasta básica y eliminar el mínimo no imponible para los sectores de menor capacidad”.
Paralelamente, el peso de la presión fiscal comienza a ser un aspecto que genera cada vez más preocupación. Sobre este punto, el diputado José Brillo, del MPN e integrante del interbloque con el macrismo, formuló críticas con respecto a determinados impuestos.
Brillo sostuvo que “el Presupuesto nacional 2006 está basado en impuestos distorsivos, y las dos terceras partes del superávit fiscal responde a la resignación de fondos por parte de las provincias”.
En este sentido, el legislador detalló que “las provincias se ven seriamente afectadas por la percepción de fondos coparticipables. De 134 mil millones de pesos, las provincias están recibiendo un poco más de 30 mil millones de pesos, lo que representa el 23%, que es la cifra más baja de las últimas décadas transferidas de la Nación a las provincias”.
Se remitió luego a la ley de Coparticipación Federal vigente y explicó que “este 23% está once puntos por debajo de la garantía que se había impuesto en esa ley, que establece un piso mínimo del 34 por ciento. De este modo, las provincias están resignando entre 10 y 15 mil millones de pesos”.
La inclusión de impuestos distorsivos en el cálculo de gastos nacional fue el otro aspecto que criticó Brillo, al detallar que “las retenciones o el impuesto al comercio exterior suman unos 15 mil millones de pesos, más los derechos de importación que son otros 4 mil millones, lo que suma unos 19 mil millones en total. No nos podemos olvidar del impuesto al cheque, que son otros 10 mil millones de pesos. Estamos teniendo 30 mil millones de pesos recaudados por el Estado Nacional sólo con impuestos distorsivos. Son fáciles de recaudar pero generan distorsiones en el sistema porque promueven la informalidad”.
La insistencia en la aplicación de retenciones fue calificada por el diputado del MPN como “una gravísima afectación a la seguridad jurídica”, y agregó que “es una confiscación a las riquezas de los argentinos”. “Desde las provincias productoras de energía, de frutas, carnes, etc., estamos viendo esto con mucha preocupación”, aseguró.
Respecto del problema inflacionario, Brillo dijo a Parlamentario que “es consecuencia de varios componentes: tiene que ver con la confianza en el sistema político y económico pero también con la estabilidad impositiva”. Agregó que “el control de retenciones e impuestos es sinónimo de estabilidad, y eso no lo está asegurando este gobierno”.
Controles inútiles
Por otra parte, el diputado opinó que el control de precios no permite regular la inflación, por lo que “el arreglo con los supermercadistas no sirve, la inflación también tiene que ver con los alquileres, los autos y las propiedades, y con los 100 mil artículos que hay en los supermercados”. En ese sentido, Brillo señaló que el problema es “estructural”.
En tanto, el presidente de la bancada de diputados radicales, el rionegrino Fernando Chironi, abogó por “una reforma tributaria profunda y una ley de Coparticipación Federal”.
Además, opinó que “es fundamental levantar los mínimos no imponibles de ganancias, cheques y bienes personales, porque esto beneficiaría a los trabajadores en relación de dependencia”.
Asimismo, con relación al aumento de precios, Chironi opinó que “lo que hace el Gobierno para frenar la inflación sólo ataca los síntomas del problema, pero no el fondo. Lo que debería haber es mayor desarrollo del aparato productivo y aumentar la oferta de bienes y servicios”.
Indudablemente, tras el anuncio de la cancelación de deuda con el Fondo Monetario Internacional, la inflación, los salarios y el costo impositivo son aspectos centrales que desafían al Gobierno y particularmente a la flamante gestión que está comenzando la ministra Felisa Miceli. La ecuación por ahora sigue cerrando, pero en la medida en que siga habiendo inflación e impuestos distorsivos a mediano plazo los efectos positivos de la devaluación se pueden diluir rápidamente.