El Senado de la Nación aprobó el ascenso de unos 150 militares, excepto el de un oficial del Ejército que en 1988, durante la presidencia de Raúl Alfonsín, participó en un alzamiento carapintada.
El teniente coronel Darío Selser, involucrado en esos hechos, será citado a una reunión por el presidente de la Comisión de Acuerdos, Marcelo Guinle, informaron fuentes senatoriales.
Pero la posibilidad de que esa Comisión dictamine sobre el caso dependía de que haya margen para un cuarto intermedio, con ese fin, en la sesión extraordinaria de la Cámara alta. De lo contrario, la decisión quedaría para febrero o marzo próximos. Los senadores aprobaron en el recinto los ascensos de unos 150 oficiales de las tres Fuerzas Armadas y las designaciones de los embajadores Eric Calcagno, en Francia, y Aníbal Gutiérrez, en Guatemala, tras el dictamen favorable de la Comisión de Acuerdos.
En el escalón superior, los ascensos aprobados por el Senado comprenden los de seis coroneles a generales, igual número de capitanes de navío al almirantazgo y nueve comodoros a brigadieres.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) impugnó el ascenso de Selser por su participación, siendo teniente primero, en el alzamiento carapintada de Monte Caseros, en 1988, el segundo del mismo tipo durante el gobierno de Alfonsín.
Por esos hechos, Selser "estuvo detenido en la cárcel de Magdalena" y fue indultado en 1989, consignó una nota del CELS dirigida ayer por su director ejecutivo, Víctor Abramovich, al senador Guinle.
La nota del CELS, la organización defensora de derechos humanos consultada habitualmente por la Cámara alta en materia de ascensos de militares, señaló también que no tenía observaciones respecto de las restantes promociones propuestas.
Entre los militares ascendidos, el coronel Miguel Alberto Cáceres Monié pasó a ser general de brigada pese a versiones periodísticas que habían especulado con su pase a retiro, desmentidas la semana pasada por fuentes del Ministerio de Defensa.