La relación entre el Poder Ejecutivo y Daniel Scioli es "institucionalmente correcta", aseguró el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aunque justificó la decisión de la senadora Cristina Fernández de Kirchner de ventilar sus críticas contra el vicepresidente en medio de una sesión legislativa.
"Estas situaciones hay que plantearlas de cara a la gente", sostuvo Fernández, al referirse al enojo de Cristina Kirchner con el vicepresidente, que ejerce la titularidad de la Cámara alta.
Las críticas de la primera dama hacia Scioli estalló luego de que una versión periodística señalara que el senador socialista Rubén Giustiniani había sido desplazado de una comisión parlamentaria para que su lugar fuera ocupado por Fernández de Kirchner, mediante una resolución firmada por el ex motonauta.
"Acá hubo algo que fue errado. A uno lo nombran presidente de una comisión en la que uno nunca pidió estar y en la que uno nunca asumió. Eso supuso, además, correr de esa comisión a un legislador de la oposición. Y todo eso ocurrió a espaldas de uno. Por eso, es lógico pensar que las cosas no han sido muy cristalinas", expresó el jefe de Gabinete, al justificar la reacción de la primera dama.
De todos modos, Fernández intentó bajar la intensidad del conflicto planteado con Scioli, al indicar que el vínculo entre la Casa Rosada y el titular del Senado es "institucionalmente correcta".
El polémico caso involucra al senador socialista Rubén Giustiniani, quien estuvo sólo una semana al frente de la comisión de Justicia y Asuntos Penales -del 13 al 20 de diciembre- y fue desplazado por medio de un decreto firmado por Scioli. Pero posteriormente una versión que circuló en el Senado indicó que el desplazamiento de Giustiniani había sido pedido por la primera dama, porque el legislador socialista había firmado un dictamen en minoría contra su proyecto de reforma al Consejo de la Magistratura.
La información publicada por la prensa provocó el enojo de Cristina Kirchner con Scioli, y así lo hizo notar en plena sesión del Senado, durante la cual le dijo al vicepresidente que su "obligación es cuidar rigurosamente la información que deviene del Senado".
Scioli guardó estricto silencio mientras la primera dama lo retaba públicamente y denunciaba la existencia de "operaciones de prensa" en su contra, y aún no ha opinado públicamente sobre el asunto.