Recientemente los medios difundieron un fallo que equipara la licencia por maternidad de las madres biológicas con las madres adoptivas. Sin embargo, la madre debió recorrer un largo itinerario judicial para conseguirlo. Idas y vueltas por resoluciones, decretos y leyes que están no sólo desfasados en el tiempo sino que también atentan contra el interés superior del niño.

Es incongruente y discriminatorio la distinción entre madres adoptivas y madres biológicas que hacen las leyes vigentes. Existe un vacío legal que no respeta el contacto real y necesario entre madre e hijo desde el momento de la guarda, un contacto para consolidar los vínculos en la nueva familia.

Estas y otras tantas situaciones similares que transcurren en el anonimato demandan urgentes respuestas y exigen un debate profundo sobre el sistema de adopción argentino.

En el año 2003, tratando de superar algunas de estas deficiencias, la Cámara de Diputados sancionó un proyecto que modificaba la Ley de Contrato de Trabajo en lo relativo a las licencias.

Lamentablemente el consenso logrado y la necesidad de dar respuesta a situaciones injustas no alcanzaron para que fuera tratado en la Cámara de Senadores, perdiendo vigencia parlamentaria.

Desde entonces, los legisladores hemos venido trabajando intensamente en la modificación del régimen de licencias especiales de esa ley.

Finalmente, este año se elaboró un proyecto integral de todas las licencias que realiza importantes modificaciones y tuvo dictamen de las comisiones de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia y Legislación del Trabajo.

Como parte de la propuesta se incluye la equiparación de maternidad biológica y maternidad adoptiva, un aspecto que surge de un proyecto inicial que presenté en el mes de marzo y que pretende terminar con una de las situaciones más discriminatorias de nuestra legislación laboral, simplemente equiparando los derechos entre padres biológicos y padres adoptantes.

Se trata de otorgar el derecho de licencia por nacimiento a la madre / padre adoptante desde el momento que se le otorga la guarda e incorporar una licencia especial para visitar al niño que se pretende adoptar hasta que se otorgue la guarda.

Con ello, procuro resguardar el vínculo familiar desde el primer minuto de la relación porque la llegada del niño / niña al hogar implica una reorganización y adaptación que abarca aspectos fundamentales tales como los relacionados con los sentimientos hasta otros que tienen que ver con el aspecto físico. En la construcción del vínculo materno – paterno – filial lo que no se construyó desde el principio probablemente no se pueda subsanar. Es fundamental contar con un tiempo real en el momento oportuno, no como sucede actualmente que las madres y padres adoptantes gozan de su licencia 2 o 3 años después.

Para resguardar el interés superior del niño; los adoptantes tienen el derecho de acceder a la licencia al mismo tiempo que se les otorga la guarda provisoria con miras a la adopción porque es la etapa imprescindible para el fortalecimiento de nuevos vínculos.

Es fundamental que entendamos que la maternidad y la paternidad no son sólo un hecho biológico sino una responsabilidad social y cultural basada en el amor y el respeto. Esta premisa nos permitirá comprender la realidad y demandas de las familias adoptivas para así evitar que se encuentren desamparadas por las leyes y la sociedad.

* Diputada Peronismo Federal-Capital