Las aspiraciones de los porteños por concretar la autonomía de la ciudad siguen postergadas. La idea de los legisladores es modificar esta situación.
La ciudad de Buenos Aires tiene un anhelo de autonomía nunca concretado por luchas y disputas que obedecen a recelos históricos, porque la “Reina del Plata” tuvo durante mucho tiempo un elemento económico fundamental: la Aduana. En la actualidad, la situación es muy distinta, aunque la autonomía sigue siendo un tema sin resolver por la especial ligazón que existe con la Nación y la poderosa provincia de Buenos Aires.
Este es uno de los grandes temas que la dirigencia política deberá afrontar para completar el proceso de emancipación. Para lograrlo tendrán que brindar propuestas modernas y audaces que marquen un precedente, invitando al sector público y privado a trabajar juntos para lograr un consenso. Sin dudas, el desafío de una nueva ciudad de Buenos Aires se logra con autonomía e integración.
En la actualidad la ciudad sufre varias problemáticas, como la inseguridad, inundaciones, la falta de regulación del transporte y de agilidad judicial. Ante semejante cuadro de situación, una de la herramientas que facilitaría soluciones parciales a las problemáticas sería una política de seguridad propia.
Disponer de una Policía porteña garantizaría que el jefe de Gobierno esté a la cabeza de la lucha contra la inseguridad, con políticas de prevención elaboradas en el distrito. También sería importante contar con un cuerpo de bomberos propio, ya que no existe ciudad en el mundo que no lo tenga.
A su vez, una mayor independencia de la Justicia permitiría acelerar los tiempos y hacerla más accesible para los vecinos, en especial cuando se trate de cuestiones menores. Una fiscalía en cada barrio sería una medida que acercaría la justicia a la gente.
En el caso del transporte, la ciudad debe poder decidir su propia política, ya que de esta manera solucionaría no sólo la calidad del tránsito sino también la polución del transporte público, con la consecuente mejora ambiental. El rediseño del trazado de las numerosas líneas que cruzan el distrito a cargo de la jefatura de Gobierno porteño sería más eficiente y podría controlarse mejor.
En general, una ciudad es un distrito que necesita de un proyecto que contenga políticas comunes con los municipios linderos. La ciudad de Buenos Aires posee dos límites, uno interno y otro externo. El primero es muy difícil de desligar, ya que es un sector histórico federal donde se encuentra el Gobierno nacional y sus dependencias. El otro límite, aquel que marca el paso a la provincia de Buenos Aires, es mucho más evidente pero no menos problemático, ya que miles de habitantes del Conurbano ingresan a la ciudad cada día.
El colectivo imaginario tiende a generalizar y definir como porteños a muchas personas que en realidad viven en el primer cordón del Conurbano, pero no es una mera equivocación, ya que existen estudios que indican que el 65 por ciento de los habitantes del Gran Buenos Aires visita una vez por semana la Capital Federal, por diferentes motivos.
La atención de la salud es una de las causas: el 40 por ciento de los pacientes atendidos en los hospitales porteños proviene de la Provincia. La educación es otra de las razones por lo que muchas personas ingresan a la Capital. La UBA es un gran centro de atención de estudiantes de todos los puntos del país. Además, las escuelas primarias porteñas también reciben gran cantidad de alumnos bonaerenses, por lo que habría que igualar los sistemas educativos.
Por otra parte, la ciudad sufre problemas en el sistema de recolección de residuos y cuando llueve es casi inevitable que algunas zonas se inunden. Tanto la basura como el agua no saben de fronteras jurisdiccionales, por lo que es necesario acordar convenios de compromisos con los intendentes vecinos. Particularmente, para prevenir las inundaciones se deberían realizar obras de infraestructura en conjunto con el área metropolitana.
Ciudad globalizada
La autonomía de la ciudad sería un paso clave para avanzar y colocar a Buenos Aires entre las principales ciudades del mundo globalizado. La imagen que ofrezca la comuna resultará muy favorable para la llegada de miles de turistas. Una mayor integración con las demás ciudades permitiría captar mayores inversiones que generen trabajo y capacitación en nuevas tecnologías.
Buenos Aires deberá en un futuro instalarse como una marca registrada entre las ciudades del mundo, pero para lograr semejante objetivo tendrá que comenzar por ser un distrito con mayor independencia, donde instituciones clave sean parte de su órbita. La Legislatura será la encargada de iniciar este proceso, que no se resolverá de un día para el otro pero es un gran desafío.