El nuevo jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, asumió formalmente su cargo en el recinto de la Legislatura una semana después de que fuera destituido Aníbal Ibarra, y pronunció un elaborado discurso en el que la tragedia de Cromañón tuvo un lugar destacado.
"No es el curso de honores, sino las consecuencias del dolor que me trajeron aquí, en este día", afirmó el flamante jefe de gobierno, en alusión a la tragedia de Cromañón.
La jura de Telerman fue acompañada por figuras del gobierno nacional, como la del jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el vicepresidente Daniel Scioli, y el secretario de Derechos Humanos, Luis Eduardo Duhalde. Además estuvieron presentes el gobernador bonaerense Felipe Solá; el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini; y el diputado nacional, Carlos Kunkel.
En cambio, las invitaciones que se cursaron por Protocolo no contemplaron la presencia de los familiares de las víctimas de Cromañón.
Con voz solemne, Telerman aseguró ante la Legislatura que "comprendió el mensaje" y las "lecciones y legados" del incendio que el 30 de diciembre del 2004 dejó 194 muertos en el boliche República Cromañón y llevó a Ibarra a su destitución.
El mensaje, cuyo cierre fue aplaudido de pie, demostró la intención de Telerman de tomar distancia de su antecesor, Ibarra, a quien nombró una sola vez en todo el discurso.
En el discurso que brindó ante la Legislatura, el sucesor de Ibarra dejó en claro que "entendió el mensaje" de la sociedad a raíz del caso Cromañón, puesto que -según consideró- sería "necio" y no cumpliría con su rol de gobernante si no fuera capaz de "comprender las lecciones y legados" de la tragedia.
En uno de sus pasajes más emotivos, Telerman expresó que "todos los días, para siempre", recordará a los fallecidos en el incendio de Once, y señaló que "esa melancolía teñirá cada día" de su gestión. "Buscaremos comprender las lecciones profundas de la tragedia y transformarlas en memoria y acción, y cuando estemos seguros de que nunca más nos sorprenderá una tragedia semejante, sólo entonces habremos transformado esos escombros en nuestros cimientos", subrayó.
"No nos defenderemos de los que nos señalan los errores. No vamos a desoir las advertencias y alertas, provengan de quien provengan", expresó y selló así su pretensión de lograr una buena relación con todos los sectores, oficiales u opositores.
Para eso, Telerman postuló la "interdependencia de poderes", en la que exista "un diálogo fluido" entre los tres poderes de gobierno capitalino y los organismos de control.
Además, puso en palabras lo que su entorno había insinuado ya los últimos días: su gestión estará alineada con el "modelo de crecimiento, defensa de los derechos humanos y redistribución del ingreso que encarna el gobierno de Néstor Kirchner".
Fue en ese contexto en el que dedicó cierto reconocimiento al jefe comunal destituido, al señalar, como otro de los "ejes" de la gestión que inicia las "líneas programáticas, progresistas y desarrollistas del proyecto" por el cual, dijo, "fuimos votados y electos, dos años atrás con Aníbal Ibarra".
Las "fuerzas de la oposición" también tuvieron su lugar destacado en el mensaje de Telerman: "ayudaron a fortalecer este tiempo de crecimiento y progreso social presentando iniciativas, votando leyes y acompañando proyectos", dijo. Así, el discurso de Telerman combinó una reiterada invitación a todos los sectores a demostrar "un espíritu de mayor fraternidad democrática", que aseguren "mejores tareas de control", con un repaso espontáneo del "amor" que siente por el distrito porteño y el compromiso de construir "la ciudad del Bicentenario".
También la mención a la pobreza en el distrito, a la que definió como un "escándalo moral", tuvo un rango central en el primer mensaje, pero el aplauso cerrado del final se lo llevaron, a pedido de Telerman, los "desaparecidos, los muertos del 20 de diciembre y los chicos de Cromañón".
El acto reunió a 52 diputados porteños, a referentes de diversos cultos, entre ellos el titular del Episcopado, Jorge Bergoglio y al rabino Sergio Bergman; el ministro de la Corte Suprema Eugenio Zafaroni, y representantes de AMIA y DAIA.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el jefe del Ejército, Roberto Bendini; y el gremialista Hugo Moyano también fueron de la partida. Por su parte, la presidente de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, llegó a la Legislatura y se retiró en pocos minutos porque, dijo, no encontró lugar para sentarse.