El Congreso de la Nación conmemoró el trigésimo aniversario del golpe militar que derrocó al gobierno democrático de María Estela Martínez y que dejó más de treinta mil desaparecidos en lo que fue una de las dictaduras más crueles de América Latina.
La recordación se realizó en sendas ceremonias que incluyeron un multitudinario acto realizado en el anexo del palacio legislativo y otro que tuvo lugar, poco después, en el Salón de Conferencias.
Durante la primera de las ceremonias, que estuvo encabezada por el presidente del Cuerpo, Alberto Balestrini, y los ministros de Salud, Ginés González García, y de Trabajo Carlos Tomada, fue inaugurado un mural en la puerta de la Cámara de Diputados.
El mural, que abarca la entrada del edificio Anexo, fue realizado por Mónica Corrales y con texto de Carolina López Forestier, una funcionaria del Congreso, cuyo padre fue desaparecido durante la última dictadura. Asistieron a la ceremonia organizada por la Asociación del Personal Legislativo donde también se descubrieron una placa en homenaje a los legisladores desaparecidos, los jefes de las bancadas oficialista, Agustín Rossi; del ARI, Eduardo Macalusse; y del Pro, Federico Pinedo.
También estuvieron presentes militantes de la CTA del Congreso, que se identificaron con sus clásicas banderas verdes; la vicepresidenta del cuerpo, Patricia Vaca Narvaja y los diputados kirchnerista Remo Carlotto, Hugo Perie, Patricia Fadel y Blanca Osuna, entre otros.
El presidente de la Cámara, Alberto Balestrini, destacó la importancia de haber establecido el 24 de marzo como el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, y exhortó a recordar a todos los argentinos que cayeron en esos días "trágicos" que vivió la Argentina durante la dictadura militar. En ese marco, el titular de la Cámara baja realizó un homenaje a dos amigos abogados desaparecidos, Eduardo Pesci, y José Waisman, quienes fueron "arrancados de sus domicilios" y pidió que la frase "nunca más" siempre esté presente.
En tanto, las comisiones de Derechos Humanos y Garantías de ambas cámaras del Congreso, realizaron un acto en el Salón de Conferencias de que contó con la presencia de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el ex camarista Ricardo Gil Lavedra; y el embajador Leandro Despouy, experto en Derechos Humanos y relator ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos de la ONU.
Durante la reunión, que fue encabezada por los presidentes de las comisiones de Derechos y Garantías de ambas cámaras, el senador Luis Naidenoff (UCR-Formosa) y el diputado Remo Gerardo Carlotto (FPV-Buenos Aires), los participantes dieron su visión sobre la tragedia instalada en 1976. Carlotto señaló que el 24 de marzo "no es solo la reflexión por los crímenes que se cometieron sino la búsqueda permanente y la consolidación de los derechos humanos de la Argentina".
Por su parte, el radical Naidenoff aseguró que "las comisiones decidieron hacer este acto para hacer de la verdad, la justicia, una bandera irrenunciable de la sociedad".
En tanto, el experto internacional Despouy destacó que la decisión de la Argentina de juzgar a los militares impactó en las normas internacionales y más "cuando veníamos de la tradición del no juzgamiento" y reivindicó que este proceso se "realizo sin ningún acto de venganza".
El ex camarista Ricardo Gil Lavedra, quien juzgó a las juntas militares, dijo que si bien hubo otros golpes militares en el siglo 20, el del 24 de marzo "marcó una bisagra porque fue el más sangriento, el más terrible y el más salvaje, porque el terrorismo se aplicó desde el Estado".