Por primera vez desde que asumió como senador José Pampuro cuenta cómo fue su pase al kirchnerismo y asegura que su futuro político está atado a la voluntad del Presidente.
Por Pablo Winokur
El médico de la familia Duhalde nunca pensó que llegaría a tanto. Y nadie, absolutamente nadie, creía entonces que su futuro político estaría alejado del jefe del peronismo bonaerense.
Pero los tiempos políticos cambiaron y José Pampuro se animó a cambiar con ellos, hasta ser el más fiel exponente de los ex duhaldistas cercanos al presidente Néstor Kirchner. Fue Pampuro quien impulsó a Eduardo Duhalde a dar su aval a la candidatura del santacruceño, cuando nadie creía en él; fue Pampuro el primero en aceptar un ministerio clave, como lo es el de Defensa; fue Pampuro quien -con su pasado a cuestas- aceptó acompañar a Cristina Fernández de Kirchner en la última elección de senadores bonaerenses, enfrentando nada menos que a Chiche Duhalde.
Finalmente, fue premiado por su lealtad con el cargo de presidente provisional del Senado. Por primera vez desde aquella elección que cambiaría las lealtades dentro del PJ bonaerense, Pampuro cuenta cómo fueron los entretelones de su acercamiento al kirchnerismo. En una entrevista exclusiva para Parlamentario, habló de su futuro político y desmiente una posible candidatura a gobernador, aunque reconoce que lo haría si el Presidente se lo pidiera.
- ¿Cómo se siente en el cargo de presidente provisional del Senado?
- Es un cargo de muchas responsabilidades, porque implica conducir un grupo de senadores. Pero tengo la satisfacción enorme de que he sido electo por mis pares, lo cual es un orgullo. Para cualquier hombre político es un cargo de enorme trascendencia e importancia.
- Al día siguiente de la elección se hablaba de que usted asumiría ese cargo. ¿Cuándo se enteró usted de esto?
- El Presidente me lo hizo saber unos días antes de mi asunción, aunque yo ya conocía los rumores que eran bastante públicos. El me comunicó que había tomado esa decisión y habló con el senador (Miguel Angel) Pichetto y otra gente del bloque para que me propusieran.
- ¿Lo sintió como una recompensa por su lealtad?
- Lo sentí como un gesto muy importante del Presidente hacia mí. Pero no creo en recompensas: cuando uno toma posiciones para ocupar cargos de ministro o legislador, siempre existe un compromiso y una responsabilidad, en función de las cualidades que puede tener cada uno. Además, hemos acompañado al Presidente en un proceso trascendental como fue la última elección y en una provincia muy importante, y eso pesó a la hora de la decisión.
- Pero convengamos que su nombre tiene una carga simbólica muy importante. Usted era un referente máximo del duhaldismo y además, para designarlo, se violó una regla no escrita de que el titular del Senado no puede ser un bonaerense…
- Sí, eso es cierto, y además tampoco es habitual que un ministro desemboque en cargos legislativos. Hay un montón de condiciones que hacen especial mi nombramiento: el Presidente decidió compensar a la Provincia por el enorme respaldo popular que se le dio, pensando en mí para este cargo.
De vuelta al Congreso
Pampuro fue tres veces diputado nacional. En ninguna de esas tres oportunidades terminó su mandato, dado que siempre fue convocado antes para algún cargo en el Poder Ejecutivo. De hecho, reconoce que no le gustan demasiado los debates y no suele presentar demasiados proyectos. Sin embargo, reconoce la importancia del Parlamento en la vida institucional.
- ¿Qué diferencias ve entre la Cámara de Diputados que ya integró y la de Senadores en la que se está insertando?
- En principio, las representaciones son distintas. Acá hay un correlato mucho mayor de las provincias, con los intereses provinciales y sin descuidar los intereses de la gente. Además, somos menos y el diálogo es más fluido. Hay más tiempo para analizar los temas, con debates más cortos pero más profundos. Hay más trabajo en comisiones y un mayor conocimiento de los temas y los colegas.
- ¿Cómo siente el hecho de volver a los debates?
- Es raro. Yo fui diputado mucho tiempo, pero después me había acostumbrado a cargos ejecutivos: dos años con Duhalde y dos años en el Ministerio de Defensa. Esto es distinto y se siente el ritmo, pero estoy acostumbrado a este ritmo de cambiar de ámbito y estoy contento, porque creo que es una buena experiencia. Nunca había sido senador.
- ¿Este es un primer paso para acceder a la gobernación de Buenos Aires?
- No, para nada. Yo tengo una función por seis años aquí y voy a hacer lo que el Presidente me pidió, que es conducir esta cámara desde la presidencia provisional, y mis expectativas por ahora son éstas, aunque siempre estoy a disposición de las decisiones políticas que puedan ejercerse en otros ámbitos. Yo milito en el peronismo desde los 70 y siempre me encuadré en la conducción y fui consecuente con quien conduce.
- ¿Descartamos una candidatura?
- No está en mis planes una candidatura. La idea es seguir trabajando como legislador nacional.
- ¿Cree que Cristina se va a postular?
-No sé… Es una muy buena candidata, con muy fuerte presencia en la provincia de Buenos Aires y esto ha quedado reflejado en la última elección. Hoy es un referente importante en la Provincia, probablemente la más importante. Pero esa decisión la debe tomar ella, y estará enmarcada en sus expectativas y en lo que vislumbra como su propia carrera política.
- ¿La apoyaría entonces?
- Absolutamente, porque garantizaría el triunfo en la Provincia, que es lo que más me interesa: conservar monolíticamente unida la Provincia al estilo de la Nación. Y ella lo garantiza.
- ¿Y algún ministro ve para este cargo?
- Muchos hombres están precandidateándose. Aníbal Fernández manifestó su deseo de ser candidato. Es un militante desde joven, con una enorme capacidad de trabajo y una decisión política muy firme. Creo que es un muy buen dirigente y tiene todas las condiciones. Y si él fuera el candidato, lo vamos a apoyar.
- ¿El o Cristina?
- Son perfiles y características distintas. La decisión no la voy a tomar yo y aceptaré a quienes la tomen, que serán el Presidente y un grupo de hombres importantes de la Provincia, y no descarto que pueda haber algún otro candidato.
- ¿El resto del PJ bonaerense que se presentó separado en la última elección se puede llegar a alinear?
- Creo que el justicialismo bonaerense ya está alineado. Hoy el peronismo bonaerense en su enorme mayoría está acompañando al presidente Kirchner, que es el hombre que hace la sumatoria del partido, con el agregado de la fuerte inserción de los sectores sociales, empresariales y clases medias de la provincia. El Presidente está muy bien considerado en la población y es el político con mayor intención de voto para continuar este proceso.
- ¿O sea que el ex duhaldismo no va a presentar una alternativa?
- No, porque sólo ha quedado una expresión que es minoritaria, y hoy no está en condiciones de presentar una candidatura importante. De cualquier forma, todas las fuerzas políticas que actúen en la oposición, provengan de donde provengan, tienen que ir organizándose para preservar la institucionalidad. La oposición es un elemento importante que tiene que buscar un canal. Porque el oficialismo necesita una oposición sólida y consistente que sirva como alternativa.
Memoria emotiva
- ¿Cómo fue en su momento su decisión de abandonar el duhaldismo?
- Más que abandonar, yo acepté lo que veía como un nuevo proceso. Cuando comenzó la crisis, vi que determinadas estructuras habían llegado a su fin y que la sociedad estaba en la búsqueda de un dirigente nuevo y una participación nueva. Eso me llevó a visualizar en Kirchner esa oportunidad. A partir de eso me comuniqué con él y le manifesté mi deseo de trabajar con él. Esto fue incluso cuando Adolfo Rodríguez Saá estaba en la presidencia. Yo vislumbraba que su discurso era diferente, y albergaba una posibilidad nueva y él apareció con un discurso que atraía mucho más a los sectores populares, lo cual me llevó a acompañarlo, y creo que no me equivoqué.
- ¿Le dolió en términos personales haber abandonado a su viejo líder político?
- Siempre hay un costo, porque yo con Duhalde siempre he tenido una excelente relación. Somos amigos y no rehuyo de esa relación. Creo que es un hombre que ha dado mucho por la institucionalidad en la Argentina en momentos muy difíciles, lo cual es muy meritorio. Pero eso está por sobre las cuestiones personales, porque uno está comprometido con la gente, el país y las instituciones. Entonces uno tiene que seguir este camino o dedicarse a otra cosa.
- Ellos están muy dolidos. Dicen que su candidatura es lo que más les dolió.
- Lógicamente son muchos años. Yo creo que Duhalde me debe entender. El sabe que la vida política es así, y a él le pasó cuando lo acompañó a Menem y después tuvo el convencimiento de que el proceso de Menem se estaba acabando, y todos lo acompañamos por estar convencidos de esa realidad. Esta es una actividad muy dinámica que implica siempre no poner el oído en los dirigentes sino en la gente.
- ¿Cuánto hace que no habla con él?
- Desde que se produjo mi inserción en las listas del FpV.
- ¿Volvería a hablar?
- No tengo problemas en volver hablar.
- ¿Por qué cree que el Congreso está tan subordinado al Poder Ejecutivo?
- Yo no lo veo subordinado. Sí hay que reconocer que en un contexto de emergencia, el Poder Ejecutivo tiene necesidades y tiene que sacar cosas por decreto, lo cual relega al Parlamento.
- Pero la emergencia va terminando, y los decretos siguen…
- Por eso. Es un tema que hay que rever. Nosotros también tenemos la responsabilidad de dinamizar ciertas cuestiones. También hay culpas nuestras, en ese sentido. Pero tenemos que ir a un camino que permita un rápido tratamiento y comparto que sería bueno un rol más protagónico.
- Este año se termina la emergencia.
- No sé si este año. Evidentemente no es la emergencia de 2001, pero en la medida que los tiempos no sean tan agobiantes para el Ejecutivo, se va a permitir que el Parlamento tenga una posición más activa. También depende de los parlamentarios, para que tengan un rol más activo en los temas.