El genial creador de "Inodoro Pereyra", "Boogie el aceitoso" e infinidad de cuentos, aprovechó el estrado del Senado nacional para desplegar todo su sentido del humor y su lucidez, que se mantienen intactos pese a la severa enfermedad neurológica que lo afecta. "A mi prensa partidaria: cuiden lo que van a publicar mañana, que le dije a mi vieja Rosita que venía a Buenos Aires a asumir como senador", comenzó Fontanarrosa, luego de recibir la mención que le entregó el vicepresidente Daniel Scioli.

Asimismo, dijo que recibía la distinción "en nombre de toda la ciudad de Rosario y del humorismo argentino", ante un auditorio colmado que en varias oportunidades celebró con aplausos y risas las palabras del homenajeado.

Fontanarrosa estuvo acompañado por su mujer y su hijo, y contó que el único fin de su trabajo es "hacer reír", y haciendo gala de su humildad agregó: "a veces me pregunto por qué me otorgan el premio a mí". Luego, reconoció que resultaba paradójico que le entregaran una distinción que recuerda a Domingo Faustino Sarmiento siendo él -tal como se definió- "un pionero de la deserción escolar", ya que abandonó sus estudios en el secundario.

Fontanarrosa aclaró, de todos modos, que "la escuela, generosa", le había enseñado a "leer y escribir": "Esto es una suerte, porque si me hubiese enseñado sólo a escribir, habría sido una pena. Siendo un escritor que tiene tantos libros, hubiese sido una pena no poder leerlos".

Por su parte, Scioli destacó que en Fontanarrosa se "reconoce al creativo brillante, a la inteligencia popular y al hombre que representa los valores del barrio, la amistad, la solidaridad, el café y la pasión futbolera".