La sesión en la que la Cámara de Diputados rechazó el ingreso del ex policía Luis Patti como diputado nacional produjo coincidencias circunstanciales impensadas y fuertes divisiones en el seno de varias fuerzas como el radicalismo, que votó dividido en el recinto.
Es que el dictamen de mayoría impulsado por el oficialismo en la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento contó con el respaldo en el recinto del ARI de Elisa Carrió, el Peronismo Federal, el socialismo y casi una decena de radicales que rechazaron la incorporación de Patti como diputado.
Los 164 votos que redondearon los dos tercios requeridos frente a los 227 diputados presentes para rechazar a Patti se sumaron con 113 del Frente para la Victoria-PJ, 9 radicales, 12 ex duhaldistas del bloque Peronismo Federal, 12 centroizquierdistas del ARI de Elisa Carrió, cuatro cordobeses alineados detrás del intendente Luis Juez, cuatro socialistas, dos de Concertación Entrerriana y ochos diputados solitarios.
Entre estos últimos se cuentan uno de los principales impulsores del rechazo, Miguel Bonasso; el autor de un encendido discurso contra Patti, Claudio Lozano; Eduardo Lorenzo Borocotó, el ex zamorista Carlos Tinnirello, el correntino Gustavo Cantero y el diputado del Frente de Unidad Provincial de Tierra del Fuego, Ricardo Wilder. A favor del ingreso de Patti votaron 22 radicales, 14 ex duhaldistas y menemistas del bloque Justicialismo Nacional, 18 derechistas de la bancada de Pro que orienta Mauricio Macri, dos sanjuaninos de monobloques provinciales, otros tantos del Frente Cívico y Social de Catamarca y tres del bloque del Partido de Unidad Federalista (PAUFE) que precisamente conduce el subcomisario rechazado.
Estuvieron ausentes del debate 29 legisladores, entre los cuales se contaron la bonaerense María del Carmen Rico, el ex ministro Alfredo Atanasof y el ex vicepresidente Carlos Ruckauf.
El análisis de cómo se constituyeron los votos a favor del rechazo y los que propiciaban el ingreso del subcomisario demuestra que de no haberse quebrado el bloque radical Patti sería hoy diputado nacional.
El debate mostró además las contradicciones que atravesaron los bloques durante la más de ocho horas que se extendió la vibrante sesión.
El kirchnerista Gerónimo Vargas Aignase, miembro informante del bloque oficialista insistía en señalar la contradicción de la bancada derechista de Pro que propició la expulsión de Borocotó y defendió en cambio el ingreso de Patti.
"Se pueden realizar varias lecturas políticas de la decisión de Borocotó de no alinearse en el bloque de Pro, pero nunca nadie dijo que haya torturado a alguien", comentó Vargas Aignase parea resaltar la contradicción.
El radical Pedro Aizcoiti, quien sufrió desaparición y tortura durante la dictadura militar, debió soportar los vítores de los pattistas y las amonestaciones a viva voz de los representantes de organismos de derechos humanos.
El bloque de la UCR debió realizar además medulosos análisis de las diferencias para explicar por qué se opuso en 2000 al ingreso del ex represor Domingo Bussi y reivindicó ahora, en cambio, la validez del diploma de Patti.
El rechazo al ingreso de Bussi por parte del bloque oficialista de la Alianza fue fundado en aquella oportunidad por Elisa Carrió, quien recalcó que ahora tenía la misma posición que en aquella oportunidad para hacer gala de coherencia.
Sin embargo, Carrió se encargó de resaltar expresamente al comenzar su discurso contra del ingreso de Patti, la consecuente trayectoria opositora del ARI al kirchnerismo, para que nadie confundiera la coincidencia circunstancial que se estaba produciendo en el recinto.
El kirchnerismo debió soportar por su parte las críticas de los radicales contra el justicialismo en su conjunto, por el hecho de que algunos de sus hombres hayan compartido listas de candidatos con Patti. "Ellos le abrieron la jaula al monstruo", se quejaban los radicales.