Alberto Sileoni, ministro de Educación de la ciudad de Buenos Aires, dio su punto de vista respecto de la nueva Ley de Educación.
Por Pablo Winokur
La ciudad de Buenos Aires fue uno de los tres distritos del país que no adhirió a la Ley Federal de Educación sancionada en los 90. Ante el fracaso de aquella legislación, el no plegarse le permitió obtener ventajas cualitativas en su sistema de enseñanza.
Ahora se debate una nueva ley a nivel nacional y se abre la incógnita de cuál será la participación de la Capital Federal en esta nueva etapa. Parlamentario dialogó al respecto con Alberto Sileoni, ministro de Educación de la Ciudad, quien aseguró que espera que el distrito no quede seguir “mirando para otro lado”. Asimismo, prometió que “una vez que tengamos la ley nacional va a ser un buen momento para pensar la ley de Educación de la ciudad de Buenos Aires”. Ex secretario de Educación de la Nación, defendió la gestión del Gobierno en esta materia.
- ¿Cómo está planteada la ciudad para transitar esta nueva reforma?
- La ciudad, junto a Neuquén y Río Negro, no adhirieron a la Ley Federal por distintas razones. Nosotros estamos trabajando con esta nueva propuesta. Vengo de la Secretaría de Educación de la Nación, tengo un compromiso y trato de separar lo personal con una decisión política institucional. La Ley Federal está deslegitimada y se hace necesario un nuevo instrumento jurídico. Hemos participado de las jornadas de debate y de reflexión. Los docentes, al principio, tenían desconfianza y escepticismo, y decía que estaba todo cocinado y que la ley estaba cerrada. En este punto tengo que elogiar a los docentes, porque pese a su desconfianza se pusieron a trabajar y apostaron por la educación e hicieron propuestas muy interesantes.
- ¿Cree que es real esa crítica de los docentes?
- Creo que no…
- La propuesta que llegó a la ciudadanía era muy cerrada. Había preguntas casi retóricas...
- Sí, puede ser. Pero también hay una cuestión. Hay preguntas como si creemos que debe haber más presupuesto o si el nivel medio tiene que ser obligatorio… Son retóricas, pero si siempre creímos eso, ¿por qué no se hizo? Este año hay una ley de financiamiento, por ejemplo, y aunque hay preguntas retóricas hay que buscar que terminen de efectivizarse.
- ¿Pero eso no es culpa de la voluntad de la ciudadanía?
- No, es un tema de la conducción. Pero me parece bien ratificar el rumbo. En ese sentido, una vez que tengamos la ley nacional, va a ser un buen momento para pensar la ley de educación de la Ciudad de Buenos Aires, que es una de las pocas jurisdicciones sin ley propia. Hay que participar porque durante muchos años esta ciudad le ha dado la espalda al resto del país. No hay destino de la ciudad en soledad y esta nueva ley debe solucionar la fragmentación educativa.
Cumplir la ley
- ¿Se puede cambiar la educación por ley?
- Seguro que no. Hay muchas cosas por hacer. Pero lo primero que hay que lograr es que la ley se cumpla. Para los argentinos la ley es una opinión más y esto no debería ser así. Pero veo indicios positivos. El año pasado se sancionó la ley de educación técnica que se está cumpliendo: el año pasado había 15 millones de pesos para las escuelas y este año 240 millones. Lo mismo, la Ley de Financiamiento. Quiero y espero que esta ley también se cumpla. Por eso no hay que hacer una ley que sea para la coyuntura, sino que refleje el horizonte.
- ¿Cómo se hace para que los chicos no abandonen el secundario?
- Esta ciudad tiene una cobertura bastante amplia. Aunque en los distritos del Sur hay muchos pibes que deberían estar adentro de la escuela y no están. ¿Por qué? Hay varios factores. El manual dice que la secundaria tiene que servir para formar en el trabajo, para la ciudadanía y para entrar a la universidad: no está ocurriendo eso. Hay que mejorar la educación media…
- ¿Qué se está haciendo con eso?
- Nosotros estamos tratando de revertirlo, en especial con los profesores tutores.
- ¿Hay cuestiones culturales vinculadas con la deserción?
- Hay un tema que tiene que ver con el clima de época. Como el pibe no siente que la escuela media le pueda servir para la vida, el interés decae. Antes, la escuela media servía era un pasaporte para el trabajo y la universidad. Igual no soy de los nostálgicos que quieren volver a esa escuela media en que sólo el treinta por ciento accedía. Hay temas culturales, por eso nosotros creemos que así como hay que acercar a los chicos al aula, hay que acercar a los padres a la vida productiva. No hay mejor ejemplo para un chico que un padre que esté trabajando.
- En la primaria hay una persona que sabe que el pibe está o no está. En la secundaria no es así . ¿Cómo influye este tema?
- Los diez docentes les cuestan a los pibes. Tenemos que ir a docentes de tiempo completo y avanzar con los profesores tutores, que puedan individualizar mejor a los alumnos y conocerlos.