El administrador federal de Ingresos Públicos, Alberto Abad, descartó toda posibilidad de una moratoria impositiva y defendió el nivel de presión tributaria nacional, que "está diez o veinte puntos por debajo de los cinco primeros países en el índice de desarrollo humano" que elabora la Organización de las Naciones Unidas.
"Si nosotros disponemos una moratoria, qué le decimos luego a quien se quedó sin de vacaciones para pagar sus impuestos en término", se preguntó Abad durante su informe a los diputados de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja.
Abad dijo que la presión tributaria en la Argentina es de 30,4 por ciento, mientras que en Brasil es de 37,5 por ciento y en Chile de 23,1 por ciento.
Según el funcionario, la presión tributaria no debe verse negativamente, sino como el camino correcto para no caer en la hiperinflación que sobreviene cuando el gasto es financiado con emisión monetaria, o en el default, en el que se cae cuando el déficit es cubierto con endeudamiento externo. Además de descartar una eventual moratoria "porque eso no es propio de un país en serio", Abad se pronunció en favor de mejorar la educación, la justicia y la cultura tributaria para incrementar la recaudación, en lugar de perseguir a los evasores e imponer.
El funcionario recordó que la evasión en el IVA se redujo de 35 por ciento en 2002 a 23 por ciento en 2005, en tanto el impuesto a las ganancias pasó de una recaudación equivalente a 2,9 por ciento del PBI en 2002 a 5,3 por ciento del PBI en 2005.
Como ejemplo del cambio cultural que persigue la AFIP, Abad puso a la inclusión de las empleadas domésticas en el sistema de seguridad social, mediante la desgravación de ganancias que se ofrece a los empleadores.
Si bien se envían notas a personas que por su nivel de ingresos se supone que pueden tener mucamas, "nosotros nos negamos a ir a buscar evasores en la casas", porque preferimos aportar a un cambio cultural, señaló.
