Los ganadores de la edición 13º de los Premios Parlamentario bonaerenses, la senadora peronista Mónica Litza y el diputado radical Luis Bruni, expusieron, en una entrevista exclusiva, sus opiniones sobre el funcionamiento de la Legislatura provincial, su producción legislativa personal y se despacharon con algo de política y candidaturas.

– ¿Cuál fue el sentimiento al enterarse que obtuvo el Premio Parlamentario?

– Mónica Litza: Una alegría enorme. Es un premio que tiene mucho prestigio y en realidad lo que se premia, más allá de hacer una evaluación de los contenidos de los proyectos, es el trabajo. Para alguien que proviene, como yo, del peronismo, siempre una de las premisas rectoras de nuestro accionar, de nuestra vida política y la vida social, es el trabajo. Entiendo que hay que honrar los lugares que se ocupan y se honran con un compromiso de trabajo. También me sorprendió. Así que es una gran alegría no solamente para mí sino para quienes trabajan a la par mío.

– Luis Bruni: Quienes llegamos a la Legislatura tras haber estado largos años en funciones ejecutivas sentimos, en nuestra nueva tarea diaria, una sensación cercana a la decepción y a la insatisfacción por la falta de resultados concretos. Sin embargo, entendiendo que ésta es una tarea totalmente distinta, casi como trabajar en el terreno de las inasibles construcciones colectivas de la sociedad, valiosas e invisibles. Este reconocimiento que, a través de Parlamentario, me hacen mis pares, y el conjunto de asesores y periodistas que trabajan en el Palacio Legislativo, me ratifica que estamos en el camino correcto, el camino del aporte y de la construcción silenciosa. También implica una ratificación de la vigencia y la utilidad de la política como la más maravillosa herramienta de transformación y de equiparación de oportunidades. Con sus desalientos, con sus vicios y sus errores; aun hoy, quien tenga un sueño y se sienta dolido por la situación de miles de argentinos que nacen destinados a la perduración y a la marginación, y quiera involucrarse para multiplicar las oportunidades de esa gente, puede o debe acercarse y trabajar desde la política.

– ¿Cómo evalúan el funcionamiento de la Legislatura en este año?

– ML: Me puedo referir al Senado, que es lo que conozco. Fue un año interesante, marcado a fuego por las elecciones legislativas de octubre de 2005, lo cual produjo algún cortocircuito con el Ejecutivo. Gracias a Dios pasó lo que tenía que pasar, las elecciones son parte de la vida política, y pudimos encontrar una sintonía muy buena, entre los tres bloques que componen este cuerpo. Encontramos un buen diálogo, mucho consenso y mucho trabajo. Lo digo como vicepresidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdo, y es un dato el hecho de que muy pocos proyectos fueron al recinto con posiciones enfrentadas. Muchas iniciativas salieron por unanimidad de los miembros de esta Cámara y es producto del trabajo desarrollado en comisiones, entre ellas, la que integro.

– LB: En este 2006 hemos podido ver una Legislatura más productiva y con mayor vocación de análisis y debate de propuestas. Sin embargo, ese incremento en el trabajo en comisiones y ese esfuerzo puesto de manifiesto por algunos legisladores no alcanza a materializarse positivamente porque, más que nunca, la Legislatura ha funcionado como un apéndice de las decisiones que se toman en la gobernación. Por otra parte, desde la UCR, con un bloque que representa menos del 20% del número de legisladores, esa sensación se ahonda un poco más, particularmente si tenemos en cuenta el rol decorativo y disciplinado que desde la Calle 6 le impone el gobernador a la Legislatura

– ¿Cuáles creen que fueron los principales logros legislativos?

– ML: Diría, sin lugar a duda, que el de la creación del fuero Penal Juvenil. Hay mucho trabajo detrás de esa iniciativa, que en principio fue girada por el Ejecutivo, pero que salió por unanimidad del Senado, luego de varias modificaciones. Quiero resaltar una cuestión que tiene que ver con “para quiénes estamos legislado”; en este caso las tres expresiones políticas tenían muy en claro que se estaba legislado para un sector muy vulnerable de la sociedad. En ese camino de pensar qué es lo mejor para estos sectores, se resignaron posiciones y se privilegió el consenso. Otra ley que tuvo mucho trabajo, y que para mí es importante, es la de Control Judicial para los Magistrados. También la modificación que se hizo del funcionamiento del Consejo de la Magistratura. Leyes que tal vez la gente no percibe con claridad su valor, pero que desde el punto de vista de la calidad institucional son significativas. Esperemos que se produzcan los resultados que se deberían producir. También destacaría el proyecto sobre Gestión Integral de Residuos Domiciliarios que ya es ley en la provincia.

– LB: Me parecen muy positivos los avances registrados en temas como la reivindicación de algunas conquistas de los asalariados, convenciones colectivas, antigüedad, premios jubilatorios, licencias por paternidad; la restitución de la compensación económica a la labor de los consejeros escolares y las paritarias docentes; también me parecieron interesantes avances en el tratamiento de proyectos sobre protección a los no fumadores, sobre prevención de la violencia de género, sobre prevención en materia de salud, entre otros.

– ¿Y los “no logros”, las asignaturas pendientes?

– ML: En el Senado se han tratado todos los temas importantes, han salido todos los temas planteados. No veo asignaturas pendientes en nuestro cuerpo.

– LB: Me parece increíble el disciplinamiento y el silencio de la Legislatura en el necesario reclamo por la Coparticipación Nacional, me parece asimismo increíble la falta de políticas provinciales para planificar el crecimiento y la diversificación productiva. La falta de opinión de la Legislatura en temas como la educación, la salud, la falta de políticas de seguridad vial y sobre la necesidad de generar empleo formal. El sancionar cualquier cosa que pida Montoya, aunque después se dude de su constitucionalidad… Lo mismo, en relación con la sanción de la ley de juegos de azar, y el silencio ante la vergonzosa renovación de las concesiones de los bingos.

– ¿Y cómo evalúan su producción personal?

– ML: Tengo un trabajo muy intenso en el marco de la Comisión de Asuntos Constitucionales y más allá de los proyectos propios me ha tocado participar de todos los proyectos importantes para la Provincia. En ese marco pude introducir cuestiones que desde lo individual me preocupaban mucho, como el rediseño del mapa judicial, la creación de Juzgados Descentralizado, algunos Institutos de Derecho Procesal, y acabo de presentar un proyecto sobre Juicio Abreviado, bajo la premisa de acercar la Justicia a la gente. También en lo personal le asigné especial atención a las expropiaciones para desarrollar el Plan Federal de Viviendas y las Cooperativas de trabajo.

– LB: Como presidente de la Comisión de Capacidades Diferentes me he ocupado con vocación e intensidad de la temática específica, logrando la aprobación de la Ley 13.508 que sanciona a los funcionarios que no cumplan con el cupo del 4% para ese sector, y de la Ley 13.462 que propone reservar un cupo de las compras del Estado para los Talleres Protegidos. Además, promovimos numerosos proyectos para la integración y la equiparación de oportunidades de las personas con discapacidad. Entre ellos, uno que propicia la creación del defensor de la Discapacidad y otro que establece un porcentaje mínimo del presupuesto de la Provincia afectado a políticas específicas para el sector.

– ¿Cómo ven la evolución de los denominados partidos tradicionales en el futuro inmediato?

– ML: Entiendo que los partidos políticos son instituciones fundamentales, tal como lo establece la Constitución, que la pelea hay que hacerla desde adentro. También es cierto que sufrieron un desgaste, que estaban cerrados, no respondían a las expectativas de la gente y así como el agua busca su cauce esas expectativas buscaron el suyo a través de los frentes electorales. No obstante, creo que los que formamos partidos y apostamos por ellos vamos a hacer el aporte desde adentro para ver cómo los modernizamos, dinamizamos y nos ponemos al día frente a la percepción y expectativa de la gente. Sobre todo en lo que tiene que ver con la participación y la formación de nuevos cuadros, algo que los partidos no lograron en estos años. No supimos y hemos pagado ese precio. Integro lo que algunos consideran “la generación intermedia”, debemos recibir el legado de la generación anterior y, a su vez, trasmitirlos a los que nos siguen.

– LB: En nuestro país podemos reconocer dos partidos tradicionales con vocación mayoritaria (UCR y PJ) y otros varios partidos tradicionales también pero mucho más cerca de lo testimonial. No creo que el radicalismo pueda quedar como una organización política testimonial. Claramente el rol que tiene asignado el radicalismo para estos años es el de partido opositor, de control y de garante del cumplimiento de algunas condiciones que tienen que ver con las garantías personales, la organización institucional y el republicanismo. Debe, además, motorizar ideas que tengan que ver con la redistribución de la mayor riqueza que está generando el país, debe proponer una reforma impositiva integral que traiga mayor equidad a la imposición tributaria. Debe velar también por el mantenimiento de un sistema educativo abierto, gratuito y sin restricciones. Todo ello, a su vez, llevado adelante por candidatos identificados con el partido, en el marco de una vuelta al radicalismo profundo. Una propuesta que contraste fuertemente con la conducta de algunos amigos radicales que se ven tentados a irse tras los favores y las migajas con que los pueda compensar el presidente Kirchner y su falaz concertación.

– ¿Cómo están viendo el tema de las candidaturas en la provincia?

– ML: Creo que la política tiene que ser para aquellos que la queremos, no para aquellos que la odian, que creen que está todo mal y que desde afuera se plantean como salvadores. Valoro la militancia y la vocación. Cuando hablo de vocación digo que no es lo mismo ser candidato para cualquier cosa, uno debe tener una meta y trabajar para lograrla. Después la política tiene sus reglas, no es matemática, puede tocarte o no. Pero en lo personal valoro mucho aquellos dirigentes que dicen, expresan que quieren ser algo, porque tienen un proyecto o están trabajando por un objetivo. Es un disvalor, para mí, de algunos dirigentes que les da lo mismo ser candidatos en un distrito o en otro, en una categoría electoral que en otra. Uno tiene que definir trabajar “para”.

– LB: El justicialismo, en sus distintas versiones, no para de sorprender a los bonaerenses. El intento de Solá fue, desde un principio, una verdadera locura a contrapelo de la Constitución. Lo de Scioli, por ahora puede visualizarse como una movida del tablero al solo efecto de apaciguar la furiosa interna que se desataba con más de 10 precandidatos en el FpV. De todos modos, personalmente lo veo a Scioli como un muchacho inocuo y obediente, que ha hecho los deberes y avanza sobre la base del servilismo y que, si algún día llega, servirá a los intereses de sus verdaderos mandantes en las sombras: el menemismo y sus aliados.