Al menos lo es, a su juicio, para los ciudadanos bonaerenses, en cuyo territorio hace campaña para gobernador para las elecciones de 2007.
El diputado nacional y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Francisco de Narváez insistió en su pedido de que se declare la “emergencia de seguridad” en el distrito, y aseguró que en este momento “las prioridades de los bonaerenses son tres: seguridad, seguridad y seguridad”.
“No es un problema de recursos económicos, sino de decisión política: el gobierno de la provincia debe poner en marcha de una vez y para siempre una política de Estado de para recuperar la seguridad”, aseguró De Narváez.
El legislador hizo estas declaraciones al ser consultado respecto del brutal asesinato de Javier Aragone en el partido de San Isidro, hecho al que calificó como “crimen cruel, a sangre fría”.
De Narváez aclaró luego que “no es una cuestión de status social o del barrio donde se vive: los bonaerenses estamos todos faltos de protección, y esto es lo que el gobierno de la provincia debe hacer”.
A juicio de De Narváez, “si declaramos una vez la emergencia económica, que atendía al bolsillo de la gente, ¿cómo no vamos a ser capaces de declarar la emergencia de seguridad, que atiende a la vida?”.
“Cuidado con asimilar con el crimen a quienes viven en condiciones de pobreza”, advirtió, para agregar que “un tercio de los argentinos, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, vive en situación de pobreza, y para ellos la vida o la muerte dependen de un par de zapatillas; la seguridad tiene que llegarnos a todos”, enfatizó el legislador.
De Narváez adjudicó al auge de la droga, la comisión de delitos especialmente sangrientos, sobre todo por parte de jóvenes.
Propuso también “cumplir la ley, volver a tener una policía bonaerense bien paga, entrenada y motivada”, para lo cual, opinó, “se necesita decisión política”.
Consideró necesario “terminar con las constantes purgas” en la institución, “apartar de la Policía a todos aquellos funcionarios que no merecen serlo, que tienen causas pendientes o probadas, y de ahí en más respetar y respaldar a los demás cuando cumplen con su deber; hoy un policía tiene muchas dudas en cumplir con su deber, porque puede ser que después termine sancionado”.
