El Presupuesto que el gobierno bonaerense envió a la Legislatura prevé un déficit de 1.600 millones de pesos, que podría aumentar a 2.610 millones si se otorga un aumento del 10 por ciento a los empleados públicos provinciales, según un estudio de la consultora Economía y Regiones.

Si se tienen en cuentan los vencimientos de deuda y el posible incremento en los salarios, las necesidades de financiamiento superarían los 5.450 millones de pesos.

El acuerdo para la refinanciación de los 2.800 millones de pesos acordada entre las autoridades de la Nación y la Provincia sería anunciado a fines de febrero, según una información publicada en el matutino El Cronista.

Pero amén de la asistencia del gobierno central será un paliativo para las cuentas bonaerenses, el gobernador aseguró que insistirá en la Legislatura con la creación de impuestos a la Riqueza y a los activos financieros.

Solá afirmó que estos tributos, que aún no fueron aprobados, “ayudarán a disminuir la enorme brecha que hay entre ricos y pobres”.

Consideró que la intención de la iniciativa es “desgravar a muchos y gravar un poco más a unos pocos” y pidió a los legisladores provinciales “comprensión” para aprobar el proyecto.

“Hay mucha gente que vive en la provincia de Buenos Aires y paga sus consumos suntuarios y otros con tarjetas sobre cuentas en el exterior, ese es el padrón que nosotros queremos tomar. Ese es el origen de nuestra idea. No es voracidad por cobrar sino para hacer justicia, para que sea más justo el sistema”, remarcó. Agregó que “hay 500 mil personas de las cuales muchas no pagan porque tienen una casa muy chiquita y otras van a dejar de pagar, van a dejar de tener obligaciones”.