El diputado Alberto Balestrini presentó un proyecto de leyn por el que se obliga a las empresas fabricantes e importadoras de automotores a colocar un dispositivo limitador de velocidad máxima en los vehículos que produzcan o importen.

La iniciativa del presidente de la Cámara baja está orientada a lograr un régimen seguro para lograr que el límite fijado para la velocidad máxima sea permanente e inviolable.

El proyecto, que fue girado a la Comisión de Industria de la Cámara baja, dispone la instalación de un dispositivo que desconectará la alimentación en automóviles y motos cuando superen los 140 kilómetros, en camionetas los 110, ómnibus los 100 y camiones y transportes de sustancias peligrosas los 80.

Según la iniciativa, el Poder Ejecutivo negociará con los países miembros del Mercosur la incorporación del dispositivo en los Reglamentos Técnicos respectivos.

En los fundamentos de la iniciativa, Balestrini recordó que las estadísticas “dan cuenta diariamente de los trágicos accidentes de tránsito, muchos de los que podrían evitarse con la sola observancia de las velocidades máximas de circulación”.

Especialistas en tránsito y empresarios de la industria automotriz rechazaron con fuerza el proyecto.

Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) afirmó que la iniciativa “no tiene ni pies ni cabeza. Es gastar energía positiva en cosas que no lo son”. Explicó además que la fuerza de un impacto a la velocidad que se quiere usar como límite (140) ya “pone en compromiso los límites de lo que tolera el cuerpo, por lo que tendrían que poner el limitador en 40 para ser efectivos, si se tiene en cuenta que las velocidades de los vehículos se suman cuando estos chocan.

A su vez Guillermo Dietrich, ex presidente de la Cámara de Concesionarios Automotor y representante de Volkswagen y Ford, afirmó que “el tema de la inseguridad no pasa íntegramente por la velocidad”.

“En Alemania tienen una autopista con velocidad libre y es el país con menos muertos por accidentes de tránsito”, indicó el empresario, quien consideró que los causantes de la situación vial en Argentina son la falta de educación y de autopistas apropiadas.

“Además, ¿quién los va a comprar a los dispositivos? ¿Los fabricantes, los importadores? En los micros vemos que los limitadores muchas veces son intervenidos y se los sacan”, continuó Dietrich.