El presidente Néstor Kirchner resaltó en la Asamblea Legislativa los logros económicos alcanzados durante 2006. El discurso duró dos horas, 16 minutos y citó también la crisis con Uruguay, las desapariciones de Julio López y Luis Gerez y tuvo un final estrictamente dedicado al papel que a su juicio debe tener la oposición.
Tal cual se preveía, el inicio del mensaje presidencial estuvo dedicado casi exclusivamente a la parte económica, resaltándose el crecimiento, y anticipando la salida del infierno, para ponernos “a las puertas del purgatorio”.
“Es hora de mirar alto y lejos”, fue la frase con la que prácticamente arrancó su discurso Néstor Kirchner.
Kirchner pronunció su discurso para inaugurar el 125 período de sesiones ordinarias del congreso ante un recinto de sesiones que tuvo sus bancas ocupadas en más de un ochenta por ciento y con los palcos colmados de invitados especiales, militantes y funcionarios.
El primer mandatario resaltó el “crecimiento económico sostenido” y destacó que 2006 fue el “quinto año consecutivo de crecimiento, sin mostrar la economía signos de desaceleración”.
“Luego de la peor crisis económica financiera que se recuerde, lejos de experimentar un rebote, la economía creció y se mantuvo”, dijo, destacando luego que tenemos “35.,000 millones de dólares reservas, en estos instantes”, destacó, coronado por un gran aplauso.
“Desde una Nación desbarrancada en un profundo abismo, intentamos salir del infierno para poder decir que nos encontramos en las puertas mismas del purgatorio”, destacó en otro pasaje.
“La economía sigue mostrando un cuantioso superávit comercial”, resaltó el Presidente, quien ya había hecho hincapié en el crecimiento económico y resaltó que “la inversión está dirigiéndose claramente a consolidar el crecimiento en bienes de capital”.
Kirchner destacó que “se espera para el próximo año que el sector agropecuario supere el dinamismo exhibido en 2005”, detalló el crecimiento de la industria del 8,3% y luego se dedicó a remarcar la baja del desempleo.
Al respecto aseguró que “esperábamos para 2007 llegar a un dígito de desempleo”, pero eso se logró en el último trimestre de 2006.
Habló de la creación de 3.400.000 empleos y en ese marco citó un comentario jocoso que ya había hecho el día anterior en la Casa Rosada durante un discurso, al aludir a la cantidad de votos con los que llegó al gobierno y la cantidad de desocupados que había entonces, que superaban largamente la cifra de sus votantes.
“Los salarios de los trabajadores aumentaron un 110 % y los trabajadores registrados aumentaron también”, dijo, admitiendo que “esta recuperación es fruto de los acuerdos entre empresarios y trabajadores en el marco de la negociación colectiva, actividad que había caído en desuso”.
Comparó la mejora del 19% de los salarios, contra la inflación menor a dos dígitos que se registró durante 2006, y luego habló de la distribución del ingreso, citando por primera y única vez al general Perón –lo cual despertó un cerrado aplauso-. “Obviamente todavía no estamos en el 50% de cuando conducía el país el general Perón, pero estamos en camino”, dijo.
“Estamos trabajando para un crecimiento económico equilibrado”, sostuvo Néstor Kirchner, para dedicarse luego a destacar el crecimiento de la construcción. “Durante 2006 se alcanzaron los mayores registros históricos en materia de construcción de viviendas terminadas”, enfatizó.
Habló a continuación de las obras encaradas por su gobierno y destacó particularmente la recuperación de la red ferroviaria. Aludió en ese marco a la frase de “ramal que para, ramal que cierra”, para contraponerla con la actualidad. “No buscando la rentabilidad financiera, sino la rentabilidad social”, aseguró ante un nuevo aplauso.
El presidente Kirchner habló más delante de la crisis energética y recordó que “desde el año 2003 nos vienen anunciando el caos energético”. Al respecto retrucó diciendo que “estamos luchando al límite”, y recordó el récord de consumo de energía registrado el último lunes, para luego asegurar que “si invierten energía, hay energía”.
“Nos tiraron toda la argentina sobre nuestras espaldas, no fuimos nosotros los que quisimos hacer un país de servicio”, dijo en otro pasaje, asegurando que el deseo del Gobierno es lograr “un país de industria”.
Permanentemente el Presidente hizo referencias críticas hacia la década del 90, contraponiéndola con su modelo de crecimiento.
En una clara defensa de su política de gobierno, expresó que “la mejor base para el desarrollo nacional estratégico es un modelo argentino de crecimiento e inclusión que implique la creación de trabajo digno”.
El Presidente reafirmó que se pasó de una Argentina diseñada para prestar servicios a un modelo de producción y desarrollo industrial, y destacó el crecimiento del empleo y la baja en los índices de la pobreza.
Kirchner planteó que su gobierno logró quebrar la barrera del 60 por ciento de pobreza heredada de la década del 90 y llevar ese índice al 31,8 por ciento, con perspectivas de mejorar.
También hizo hincapié en que impulsó “la construcción de un modelo en el que el pueblo argentino sea el principal actor y beneficiario”.
El mandatario expresó que “los resultados son elocuentes en todos los frentes”, de modo que las políticas oficiales echaron por tierra pronósticos adversos formulados desde algunos sectores del país.
No dejó de lado las referencias siempre críticas al Fondo Monetario Internacional, como tampoco a a los anteriores administraciones que siguieron sus recetas.
Sobre los modelos de país que impusieron esos gobiernos, Kirchner destacó la desarticulación de la red ferroviaria y, tras enfatizar que se volvieron a tender redes hacia distintos puntos cardinales, lamentó la frase del entonces presidente Carlos Menem -a quien no mencionó- “ramal que para ramal que cierra”.
También cuestionó a algunas empresas privatizadas e hizo mención especial de Aguas Argentinas, cuya concesión fue asumida por una nueva empresa, Aysa, a cargo del Estado, debido a que no cumplía con los servicios. Lo mismo -señaló- debió hacer con el Correo.
El Presidente también fustigó a quienes critican las líneas centrales de su gestión, orientadas a la defensa de los derechos humanos. En un pasaje dijo: “Este gobierno no está en contra de la reconciliación ni busca la venganza, sino que quiere lo mismo que la mayoría del pueblo argentino: reconciliación con justicia, memoria y verdad”.
Hizo referencias ponderatorias hacia las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, presentes en el recinto, resaltando la firma de la declaración de la desaparición forzada de personas como “crimen de lesa humanidad” y dijo que su gobierno hace todo lo posible para encontrar con vida a Jorge Julio López.
Hizo referencia asimismo al secuestro del militante kirchnerista Luis Gerez y criticó a quienes lo acusaron de estar haciendo con ello “una operación política”.
Respecto al conflicto por la instalación de una pastera de la empresa Botnia en Uruguay, que se presume contaminará la zona de Entre Ríos, renovó su pedido de “diálogo” a su par uruguayo, Tabaré Vázquez, pero señaló que era “muy difícil negociar cuando se dice 'Se hace esto o nada'”.
“La teoría del hecho consumado puede servir para un tiempito, para un tiempo más largo, pero no para todos los tiempos; para todos los tiempos hay que trabajar en el sentido de hermandad”, advirtió.
“Las instituciones están recuperando legitimidad y legalidad” enfatizó Kirchner en otro tramo de su mensaje al rechazar críticas de la oposición. “No hay mayor calidad institucional que educarse, trabajar, comer y vivir en libertad y con respeto a los derechos humanos”, subrayó.
El cierre del discurso lo dedicó a la oposición, a la que reclamo' que “salga de la crítica destructiva”.
Acompañado por la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el primer mandatario había arrobado más de dos horas antes. Exactamente a las 12.08, siendo recibido por los integrantes de las comisiones de recepción, quienes lo acompañaron al Salón de Pasos Perdidos y luego al recinto.
El ingreso al recinto fue exactamente a las 12.12. Dos minutos más tarde Daniel Scioli llamó a la continuación de la sesión e invitó al Presidente a exponer su mensaje ante la Honorable Asamblea Legislativa.
Las inclemencias del tiempo afectaron el desarrollo de todo el protocolo previsto para la sesión previa al discurso presidencial. A las 11.54 el presidente del Senado, Daniel Scioli, dio inicio a la sesión, disponiéndose posteriormente la conformación de las comisiones de recepción del Presidente. Para la Comisión de Exterior se designó a los senadores Celso Jaque, Mario Daniele, Graciela Bar y Luis Petcoff Naidenof, y los diputados Nora César, Heriberto Mediza, Beatriz Leyba de Martí y Aníbal Stella. Para la Comisión de Interior, se designó a las senadoras María
Castro, Luz Sapag y Alicia Mastandrea, y los diputados Patricia Fadel, Juan Manuel Irrazábal, Luciano Fabris y Paula Bertol.
Entre los gobernadores asistentes estaban Felipe Solá, Jorge Busti, José Manuel de la Sota, Julio Cobos, Gerardo Zamora, José Luis Gioja y el jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman.
