La senadora Cristina Fernández aseguró que con la asunción de su esposo, el presidente Néstor Kirchner en 2003 llegó un “nuevo sistema de ideas” que tiene como claves la “legalidad, legitimidad y basta de impunidad”, aseguró al disertar en la sede de Flacso.

En su discurso, la primera dama relató los difíciles años que vivió la Argentina, desembocando en la crisis de 2001, como consecuencia -dijo- de dictaduras y políticas neoliberales durante los 90.

Al hablar sobre la manera como nuestro país volvió a ver la luz, Cristina dijo que “esencialmente sabíamos que los procesos que habíamos vivido desde el golpe militar de 1976 habían perforado la confianza en las propias fuerzas para salir adelante”.

“En algunos foros internacionales, especialmente en los Estados Unidos, he escuchado muchas veces la pregunta sobre cual es la razón de la inestabilidad histórica de América latina, y me parece que este hecho siempre produjo la pobreza y la miseria a la que fue sometida la región”, enfatizó la senadora.

Previsiblemente, la senadora Fernández resaltó los logros de la administración kirchnerista y enumeró entre ellos “el manejo de la deuda externa, el descenso de la desocupación y de los niveles de pobreza e indigencia”.

“Era necesario en términos de economía, de cultura, de credibilidad advertir que el negocio serio de todo capitalista que ser precie de tal, es que cada vez haya más usuarios, más consumidores, y que cada vez el poder adquisitivo sea mejor para vender más”, señaló Cristina Fernández de Kirchner, para contraponer luego el actual modelo económico implementado en la Argentina con el de “la política del ajuste” y el de “los lineamientos que planteaba el Fondo Monetario Internacional” y valoró “la quita de un 70% en la deuda argentina”, al tiempo que recordó lo que sucedía años anteriores con el endeudamiento.

Al repasar la situación en la que se encontraban el país y la región, Fernández remarcó que el golpe del 24 de marzo del 76 además de las torturas y las desapariciones “formó parte de un proceso de devastación moral y cultural en un proceso que se vivió en toda la región”.

Al seguir su recorrido de los sucesos políticos y económicos de la región, señaló que la apertura democrática de los 80, acompañando la caída del muro y el fin “del mundo bipolar” dio paso a gobiernos que debían acordar con los poderes económicos. “Hay que aclarar que en esa apertura democrática de los '80 se hablaba de 'acordar la gobernabilidad corporativa', que era necesario pactar con los distintos sectores para tornar gobernables a los países”, reseñó.

En su relato, Cristina reclamó “una forma diferente de hacer oposición” porque en la Argentina “se pagó muy caro el apostar al fracaso de los gobiernos”.

Al responder una pregunta sobre la oposición al término de su conferencia académica, dijo que, cuando asumió la administración Néstor Kirchner en 2003, “el combate fue contra una cultura y un sistema de ideas que fue devastador” en la década de los 90. “La oposición como rol de crítico y garante muchas veces no es cumplimentado y muchas veces se confunde con el rol de oponerse a todo”, advirtió la senadora.

Recordó que el presidente Kirchner en su último discurso ante la Asamblea Legislativa mencionó “por ejemplo que en materia energética la oposición venía presagiando una crisis desde el primer día”.

Respecto de la renegociación de la deuda externa “nos decían que estábamos totalmente locos, que no íbamos a tener ningún tipo de conexión con el mundo”, enumeró, al hacer hincapié en la reducción del monto total encarada por el gobierno. “Por cada paso que dimos, y que fue importante, recibimos siempre criticas, incluso por aquellos logros como el pago de la deuda del FMI. Que bueno sería que alguna vez la oposición reconociera un logro del Gobierno, y dijera 'yo me equivoqué'. Si alguno hiciera esto recibiría sin dudar la consideración de la ciudadanía”, concluyó la senadora.

La senadora Fernández disertó durante más de una hora en la sede de la Facultad Latinomericana de Ciencias Sociales como parte de su agenda de actividades en su visita a Ecuador, donde además se reunirá este jueves con el presidente Rafael Correa.