El dirigente socialista fue cremado en el cementerio de Pilar, tras el velatorio que se le realizó en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
Dirigentes, familiares, amigos y militantes socialistas se acercaron desde el domingo a la capilla ardiente que se levantó en el salón principal de la Legislatura, sitio donde Norberto La Porta desarrolló buena parte de su carrera política.
El último adiós al fallecido diputado porteño se lo dio el titular del Partido Socialista, el senador Rubén Giustiniani, quien en la Legislatura dijo: “Esta es la despedida que los socialistas le hacemos a un gran militante, que toda la vida abrazó las ideas del socialismo con una ética inquebrantable”.
El senador santafesino destacó “la honestidad, ética y sensibilidad de este dirigente” que a su juicio hacen que “este reconocimiento exceda los causes del partido socialista y que hasta sus adversarios reconozcan la transparencia de toda su vida política”.
En el marco de la despedida por parte de su partido, el secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PS, Oscar González, dijo por su lado que “con esta muerte el partido pierde a un dirigente histórico como lo fueron Alfredo Bravo y Guillermo Estévez Boero y como lo sigue siendo Héctor Polino”.
Sus restos permanecerán 15 días en el cementerio de Pilar luego de ser cremados y sus cenizas serán esparcidas en el Parque Chacabuco, de donde era oriundo el legislador socialista que falleció ayer a los 68 años.
Mientras se retiraba el féretro de la Legislatura en un marco de aplausos, el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra elogió a La Porta y le agradeció por haberle “abierto las puertas de la política”.
El depuesto jefe de Gobierno reconoció que “el me ayudó a formar, era el que aportaba equilibrio, porque yo era muy impulsivo y él era reflexivo, y con el tiempo tuve una relación política y personal con él”.
Al velorio asistieron también, entre otros, el ex presidente Raúl Alfonsín, y el líder de PRO Mauricio Macri.
En su despedida, Giustiniani subrayó la “sensibilidad y la ética demostrada” por este dirigente en su conducta personal, sus principios políticos, su militancia partidaria y su paso por la gestión pública porteña como concejal, legislador y secretario de medio ambiente.
“En aquel Concejo Deliberante deprestigiado de los 90 en la ciudad de Buenos Aires, los vecinos porteños lo seguían viendo como el ejemplo de la honestidad”, destacó además.
