El ministro del Interior Aníbal Fernández disparó contra Elisa Carrió tras el anuncio que pedirá que el funcionario sea sometido a juicio político por haber cuestionado a Javier López Biscayart, uno de los jueces que lleva adelante el caso Skanska en el que se investiga el presunto pago de sobornos a hombres del Gobierno para la construcción del gasoducto del Norte.

Fernández arrancó el embate al asegurar que el pedido de Carrió le causa “gracia” y volvió a defender su solicitud de juicio político contra el magistrado.

“Carrió le pareció bárbaro pelearse con el ministro del Interior, porque le debe dar un poquito más de chapa de la que tiene para competir, y eso me llama la atención y, sin ser irrespetuoso, me causa gracia”, disparó Fernández.

También el jefe de Gabinete Alberto Fernández defendió la embestida contra López Biscayart, al tiempo que negó que el Gobierno ejerza presiones sobre los jueces.

El jefe de ministros rechazó de plano el argumento según el cual promover el juicio político contra un juez por el conflicto sobre el lugar de detención del testigo del caso Skanska, Adrián López, es una reacción desmedida.

El jefe de Gabinete aseguró que el de Biscayart es un caso en el que “un juez está pidiendo que viole la Constitución”, en alusión a su pedido de que López fuera trasladado del penal de Marcos Paz a dependencias de la Policía Federal.

Además, Fernández aprovechó para desligar al Gobierno del escándalo por las presuntas coimas. “No tenemos ningún dato que [el caso] esté afectando a algún funcionario público”, sostuvo.

Aníbal Fernández denunció al juez en lo penal tributario a raíz de un enfrentamiento que mantuvo con él por el alojamiento de un preso del caso que dijo estar amenazado de muerte en el penal de Marcos Paz.

De todas maneras, está claro que la apuesta de Carrió de pedir el juicio político a Fernández tiene corto plazo porque el kirchnerismo tiene mayoría en el Congreso e impedirá que el tema se trate siquiera en comisión.

Por otra parte, Fernández sumó un nuevo capítulo a al fuerte enfrentamiento con la Cámara de Casación Penal y en particular con su presidente, Alfredo Bisordi. Volvió a pedir su renuncia con el argumento de que es necesario defender al presidente Néstor Kirchner.

Es que, según Fernández, Bisordi puso al Presidente “por debajo de asesinos como Onganía, Videla, Viola o Bignone”, al denunciar que ni durante dictaduras militares el Poder Judicial sufrió tantas presiones como de parte de este gobierno.

“La de Bisordi es una actitud que nos preocupa y mucho”, sostuvo Fernández en alusión al juez que hace dos semanas pidió una licencia de 30 días.

Además rechazó críticas sobre la presunta intromisión de la Casa Rosada en asuntos de la Justicia al señalar que él tiene que salir a defender al Presidente. “Fue elegido por la voluntad popular y hoy con un 70 por ciento de reconocimiento por parte de la ciudadanía argentina”, argumentó el ministro.