En una nueva escala de su proyección internacional, la senadora Cristina Fernández de Kirchner rememoró en México que nuestro país había abandonado prácticamente Latinoamérica, reinsertándose en cambio durante la gestión de su esposo.

La primera dama volvió a disparar en el exterior contra Carlos Menem y la Alianza, aunque no los citó puntualmente, y reiteró su postura respecto al Consenso de Washington.

Reivindicando el papel de su esposo, el presidente Kirchner, Cristina Fernández aclaró que éste había debido plantearse la tarea de volver a plantarse en el mundo y retomar la “inserción en América latina, adonde hemos retornado”.

Acompañada por el canciller Jorge Taiana y el embajador argentino en ese país, Jorge Yoma, la probable candidata presidencial del FpV en octubre parangonó los procesos de América Latina y de la propia Argentina, que -dijo- vivieron procesos de ruptura de la legalidad democrática dando paso a “feroces dictaduras”. A ello agregó que en el año 2001 se produjo una ruptura de la legitimidad ya que un “espacio plural convocó a una gesta y no modificó nada; por el contrario, profundizó el modelo”. La alusión a la Alianza estaba clara.

Como claro estuvo el epílogo de esa experiencia, a la que también describió: “miles de argentinos en las calles, represión, más de 30 muertos, tuvimos la percepción de que el país se desintegraba”.

Reivindicó luego el papel que le cupo a la administración kirchnerista, que debió asumir con un escuálido 22% de apoyo en las urnas, cuando el vencedor de la primera vuelta (Menem) renunció a participar del ballotage.

“Era un presidente que tenía más desocupados que votos”, insistió Cristina, haciendo una referencia que ya repitió en su reciente visita a Ecuador.

Luego dijo que el nuevo modelo se inició “uniendo el discurso, lo que decíamos que íbamos a hacer, con la gestión y el resultado, lo que decimos con lo que hacemos. Así se inicia el gobierno”. Comparó eso con un dirigente al que no mencionó y que había dicho en su momento que si hubiera dicho lo que iba a realizar no lo hubieran votado. Obviamente, se refería al ex presidente y actual senador Carlos Menem.

En su discurso, Cristina añadió que “a cuatro años de gobierno exhibimos esas ideas que algunos consideraban como el modelo inviable de una generación”.

Luego hizo referencias al “crecimiento vigoroso de la industria nacional y las exportaciones” y señaló que “el trabajo es un valor social”.

“Esto no es producto de magos, sino de gente que creyó en un modelo distinto al Consenso de Washington”, afirmó la senadora.

Más adelante, Fernández de Kirchner dijo no entender “a esos adalides del capitalismo que querían ajuste permanente, menos consumo y más desocupación” y afirmó que “ese modelo es inviable”.