Sindicado por el ministro del Interior como uno de los “instigadores” de los incidentes registrados en Santa Cruz, el senador radical Alfredo Martínez rechazó de plano esas acusaciones y denunció en cambio el ataque con bombas molotov contra la sede del gremio que encabeza el conflicto docente y el Comité Radical en Río Gallegos.
Al día siguiente del enfrentamiento entre manifestantes y efectivos de seguridad en Santa Cruz, en el marco del prolongado conflicto que se vive por el paro docente en esa provincia, Alfredo Martínez aclaró que no estaba en Río Gallegos a la hora de los hechos, sino que había viajado a Buenos Aires por diversas actividades relacionadas con su actividad política. Lo hizo a propósito de la acusación del ministro Aníbal Fernández formuló en su contra, vinculándolo con la instigación de esos hechos.
El senador radical aclaró que a través de lo que había visto en las filmaciones, la gente se había manifestado frente a la casa del Presidente y no frente a la de su madre, como dijo el Gobierno. “Aparte, sería eso sumamente repudiable –aclaró-, porque no tienen porqué manifestarse frente a la casa de la madre del Presidente”.
Respecto a las acusaciones de Aníbal Fernández, Martínez sostuvo que “el ministro sigue insistiendo con esto, cuando lo que está ocurriendo en la provincia es algo que sigue in crescendo y ha sido la comunidad la que realmente se ha manifestado”.
El senador aclaró además que las manifestaciones han sido siempre pacíficas, incluso la de este lunes, dijo, porque “a pesar de la fuerte presencia de Gendarmería y del GOE, lo hicieron sin provocar destrozos”.
En cuanto al papel del radicalismo, en el conflicto, el senador Martínez remarcó que “lo que hemos hecho es acompañar a esta gente, tratar de colaborar para que se abra un espacio de diálogo”.
En ese marco, destacó que el Gobierno nacional acaba de dictar la conciliación obligatoria a través del Ministerio de Trabajo, pero lo contrapuso con el hecho de que “hace 15 días, en la provincia, una funcionaria provincial, la responsable del área de trabajo, convocó a una conciliación obligatoria, la echan a las tres horas y automáticamente se anula esto…”
¿Echarán a Tomada ahora?, le preguntaron con ironía en Del Arco Político, de Radio América. “Yo creo que no, porque esto es ha sido adoptado por orden del Presidente, no me cabe ninguna duda”, dijo el senador, reclamando en cambio “sensatez, que el Gobierno tenga la voluntad de sentarse para dialogar en serio; esta es una cosa que estamos todos proponiendo. Dicen que esto es responsabilidad nuestra, entonces qué sería para los siete diputados del Frente para la Victoria oficialista, que plantearon en una sesión que se abran las paritarias en la provincia de Santa Cruz… O qué sería del obispo, al que el ministro de Gobierno, en una de las tantas barbaridades que ha dicho, le recomienda que le hagan una pericia psiquiátrica… Qué sería de las Madres de la Plaza de Mayo, que dos jueves atrás pusieron la carpa en la plaza, e hicieron un ayuno para resolver el problema de los docentes… Yo creo que la situación en la provincia amerita que se bajen los decibeles, y que realmente se convoque a charlar, que es lo que todos estamos pidiendo”.
Más adelante, Alfredo Martínez destacó que el jueves pasado, en medios de la provincia salió una convocatoria de una unidad básica, Los Muchachos Peronistas, que era “casi un comunicado de guerra lo que han planteado, nombrando como los responsables directos de la violencia al intendente de Río Gallegos y a mí, que hemos aprovechado para promocionar no sabemos qué corno… ¡Que llevamos gente del grupo Quebracho a la provincia! Se imaginan que en ese caso los servicios de inteligencia rápidamente lo hubieran detectado –remarcó-. Se habla de que nosotros atentamos contra la casa del Presidente”.
“Nos parece a nosotros que no es el mejor clima”, advirtió, señalando que la noche anterior “dos bombas molotov estallaron, una contra el gremio ADOSAC y otra contra en el comité de nuestro partido, en Río Gallegos, que explotaron en la puerta. No es el mejor mensaje para avanzar en el diálogo”.
