El Senado bonaerense dio media sanción a un proyecto de ley que busca establecer un régimen para la inscripción, habilitación y funcionamiento de las unidades productivas avícolas en la provincia de Buenos Aires.
El proyecto de la presidente de la Comisión de Asuntos Agrarios del Senado Mariel Urruti comprende: requisitos de inscripción y habilitación, requisitos de construcción, condiciones higiénicas sanitarias en las unidades de producción y requisitos de transporte.
En nuestro país la avicultura exhibe una significativa concentración geográfica entorno a las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, que representan cerca del 50 y 40% respectivamente de la actividad avícola, fundamentalmente de la especie gallus gallus.
Respecto a esta especie, en particular, se debe tener presente el buen status sanitario con el que cuenta la República Argentina, para abastecer mercados que antes eran atendidos por países como Tailandia y China, hoy imposibilitados por la aparición de la peste aviar.
Urruti señaló sobre su iniciativa que “en las unidades productivas es donde se deben intensificar las medidas de bioseguridad e higiene, a fin de prevenir y controlar los riesgos que puedan afectar la salud de la población”. Y agregó: “La ausencia de instalaciones adecuadas y controles sanitarios, como así también, un mal manejo de los desperdicios de la producción, se contraponen a los conceptos básicos de higiene y sanidad”.
Debe destacarse la importancia que este sector tiene en el producto bruto pecuario, puesto que se encuentra ubicado en el segundo lugar, luego de los bovinos.
Hasta la fecha no existe en nuestro país normativa sancionada por el Poder Legislativo que regule la actividad avícola.
La senadora explicó: “Hoy la actividad avícola, en la provincia de Buenos Aires se encuentra regulada por la Resolución Ministerial Nº 81/00 modificada por su similar Nº 42/05. Normativas que únicamente establecen los requisitos, por ejemplo, de documentación a presentar, distancias mínimas que las unidades productivas deberán cumplimentar a efectos de obtener la habilitación a través del registro pertinente”.
“Por el contrario, nada se dispone en cuanto a las condiciones higiénicas sanitarias, o requisitos de construcción de las instalaciones, como así tampoco de las condiciones de transporte de los productos y/o subproducto”.
“Malas condiciones higiénicas sanitarias, falencias constructivas y/o de transporte, tienen gran incidencia en los productos y/o subproductos que se generan: en definitiva no se garantiza la inocuidad de los alimentos”, finalizó Urruti.
