El ex ministro Roberto Lavagna destacó que su “candidatura tiene una condición”, que es que no está “dispuesto a encabezar una oposición al estilo de la que conocemos en nuestra Argentina, la que despotrica contra todo y propone destruir todo lo que ha hecho el anterior, aún lo bueno, aún lo rescatable, que, claro que lo hay”.

“Decidí ser candidato porque mi compromiso es la Argentina. Porque a este país le debo todo”, declaró Lavagna.

Ante un auditorio en el que confluyeron radicales, peronistas y desarrollistas, el Lavagna prometió una cruzada contra la pobreza a través de una gestión que permita transformar el crecimiento en desarrollo y cargó contra “el clientelismo y la campaña sucia”.

En el lanzamiento de su candidatura presidencial, Roberto Lavagna embistió contra quienes cuestionan su pasado, advirtiendo que, en cambio, hay algunos que “no pueden mostrar su historia”, en alusión a Carrió a quien acusa de haber sido funcionaria judicial durante la dictadura militar.

“El Gobierno se ha vuelto peligrosamente populista y autoritario porque lo único que quiere es quedarse a cualquier precio”, afirmó Lavagna, durante su acto de lanzamiento en el teatro Gran Rex de esta Capital.

Lavagna señaló que “no puede haber desarrollo y bienestar si no se renuevan las clases dirigentes y los gobernantes, si no hay libertad de expresión, si no se respeta el derecho de los trabajadores, si se amordaza a la oposición y a las asociaciones intermedias”.

En un colmado Teatro Gran Rex, Lavagna dijo que “fuera de este espacio hay quienes dicen, como si fuera una virtud, que no tienen historia. Quizás sí la tengan pero no puedan mostrarla”. Por el contrario, dijo, “los que aquí estamos, sí tenemos historia y asumimos plenamente la historia de la patria y la trayectoria de los grandes partidos que integran nuestro frente”.

Pero las mayores críticas las guardó para el Gobierno nacional. “otros demonizan la historia y quieren hacer 'borrón y cuenta nueva con los partidos tradicionales', poniéndose la ropa de fundadores. Quizás esa ropa les quede grande”, disparó.

“Con estos últimos, con los reencuentros y con la concertación entre quienes son diferentes -la 'concertación de los obedientes' se la dejamos a otros- hemos construido este frente”, enfatizó.

“No estoy dispuesto a someter a los argentinos a un escenario de dirigentes que viven en la camorra y en las pendencias, a espaldas de las necesidades, de las urgencias y de los proyectos del pueblo”, remarcó.

La puesta en escena contó con una pantalla gigante en la que se pasaron imágenes de Evita, Perón, Balbín, el propio Alfonsín y también Lavagna.

Desde la platea lo escuchaban el ex presidente Raúl Alfonsín, los senadores Gerardo Morales y Ernesto Sanz, los diputados Jorge Sarghini -candidato a gobernador bonaerense-, Eduardo Camaño, Marina Cassese y Federico Storani y el titular del MID, Carlos Zaffore, entre otros dirigentes y militantes.

Con todos los dirigentes políticos del lavagnismo sobre el escenario, el ex ministro sostuvo que “para construir ese mañana mejor hay que evitar el péndulo entre las políticas reaccionarias promotoras del ajuste permanente de las mayorías, y el populismo clientelista”.

El discurso de Lavagna tenía 16 páginas que el ex ministro leyó puntillosamente. A través del mismo llamó a “construir ese mañana mejor, que merecemos, para evitar el péndulo entre las políticas reaccionarias promotoras del ajuste permanente de las mayorías y el populismo clientelista vacío de contenido”.

“El péndulo tiene que quedar por fin en el proyecto nacional”, sostuvo el ex ministro.

“Ni los bastones, ni la plata fácil, ni la propaganda autocomplaciente, ni las campañas sucias, sirven para afirmar un proyecto de país moderno, avanzado, con consensos estratégicos básicos”, destacó Lavagna.

Antes del discurso, Morales aseguró ante la prensa que la coalición no es sólo una estructura aportada por el radicalismo “sino que abarca a un amplio espectro de fuerzas”, mientras que Eduardo Camaño aseguró que “los peronistas votarán por Lavagna”.