El diputado Miguel Bonasso, quien presentó una denuncia por “malversación de fondos” en la contratación de publicidad por parte del gobierno porteño, expresó que “esto es la punta del iceberg de un caso terrible de corrupción”.

Bonasso manifestó tener “un sentimiento de grata sorpresa” por la celeridad de la actuación judicial, que ordenó ayer el allanamiento de oficinas del gobierno porteño.

El reconocido periodista y legislador opinó que el juez Luis Zelaya no habría realizado el allanamiento en las oficinas del gobierno porteño “de no haber encontrado sustentabilidad de la denuncia, que no es una payasada”, y puntualizó que fue “transparente y azaroso” el procedimiento por el que la denuncia recayó en ese magistrado.

Bonasso sostuvo que su denuncia “es solamente la punta del iceberg de un caso terrible de corrupción”.

Cabe recordar que Bonasso denunció el jueves 3 de mayo a Telerman, a su secretario de Prensa y Difusión, Oscar Feito; al legislador por el macrismo Diego Santilli y a un particular, Sergio Mastropietro, a quienes acusó de “malversación de fondos y administración fraudulenta” en la venta de publicidad a través de la empresa Sol Group SA, por un monto asignado de “3 millones 650 mil pesos”.

Bonasso aseguró “el macrismo comenzó a hacer negocios sucios con el telermanismo desde el mismo momento en que Aníbal Ibarra fue suspendido”, en noviembre de 2005.

Agregó que los “negocios sucios” se profundizaron “a partir de marzo de 2006, cuando Ibarra fue destituido”.

Bonasso instó a Santilli a aclarar “si tiene relación con Mastropietro o no”.

El diputado informó que deberá presentarse nuevamente mañana a las 10 ante el juzgado número 13 del magistrado Zelaya, ubicado en Viamonte 1155, del centro porteño.

Sobre las dos dependencias de la administración porteña que fueron allanadas por orden judicial, Telerman definió como un intento por “atacar la gobernabilidad, la acción de gobierno, creando climas de violencia e irracionalidad, con calumnias y mentiras”.

Al respecto, Bonasso calificó de “discurso esquizofrénico” los dichos de Telerman, y manifestó que el jefe de Gobierno “habló de una campaña sucia y una persecución en su contra” pero “no contestó uno solo de los cargos, ni dio cuenta de una acusación muy puntual que lo involucra en delitos gravísimos”.

“Es un acto de campaña ecuménico”, sostuvo Bonasso, y aludió que “parecía John Lennon pidiéndole una chance a la paz y al amor”.