El presidente del bloque de diputados nacionales oficialistas, Agustín Rossi, resaltó la decisión del Gobierno de quitarle la concesión a la empresa Transporte Metropolitano, señalando que “una vez más quedó claro que el límite para la relación entre el Estado y las empresas concesionarias es la calidad del servicio que se brinda a los usuarios. Que eso es innegociable”.

El legislador santafesino se expresó a través de un comunicado en el que sostuvo que de esta forma “se está recuperando la capacidad del Estado para exigir que los privados que se han hecho cargo de las empresas cumplan con sus compromisos de inversión y mejora de las prestaciones, so pena de perder las licencias que les fueron otorgadas”.

De paso por la Cámara baja para presentar su proyecto destinado a los familiares de víctimas de la represión en los últimos días de 2001, el diputado Remo Carlotto respaldó también la decisión oficial, destacando que se trata de una medida fundamental “para devolverle la dignidad a los trabajadores ante la existencia de un servicio deficiente”.

En el mismo sentido se pronunció la kirchnerista Juliana Marino, quien piensa que se trata de “una decisión correcta, por la situación de colapso en la que se encuentra el transporte ferroviario” y afirmó que confía más en “la presencia del Estado en esta Argentina en crecimiento”.

También se pronunciaron legisladores provinciales bonaerenses, y de la oposición, como en este caso el arista Sebastián Cinquerrui, para quien el Gobierno le quitó la concesión a Drácula y se la otorgó a Frankestein.

Gráfico e irónico, en la película de Cinquerrui el papel del Conde de las Tinieblas lo ocuparía Sergio Tasselli, en tanto que el de Frankestein sería encarado por la UGOFE, conglomerado empresarial formado por Ferrovías, Metrovías y Trenes de Buenos Aires (TBA), todas propiedad del grupo Cirigliano.

El diputado provincial del ARI dijo que “el saqueo patrimonial del Sarmiento como la matriz de negocios con el Estado por medio de los millonarios subsidios son esquemas que se repiten en todas las concesiones”.

“Así como Kirchner cambió a un funcionario de De Vido por uno de Alberto Fernández en el ENARGAS, en el ex ferrocarril Roca cambió a Tasselli por Cirigliano, lo que es cambiar a Drácula por Frankestein”, manifestó Cinquerrui.

También desde la oposición, pero en este caso en forma más positiva se pronunció el candidato del PRO a jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quien apoyó la medida, admitiendo que “evidentemente hubo un mal manejo” por parte del grupo empresario. A juicio del presidente de Boca, debería “acordarse una nueva concesión a otra empresa, pero con fuertes controles y una real inversión” por parte del adjudicatario.

Desde el Senado también hubo elogios, como el del mendocino titular de la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte, Celso Jaque, para quien
“si uno tiene en cuenta que desde hace un largo tiempo el servicio no estaba acorde con lo que la gente merece y habiéndose sucedido incumplimientos por parte de concesionarios, comparto la decisión del gobierno de devolver el servicio al Estado”.

El senador mendocino aclaró que “esta decisión genera un gran desafío” como es el de “hacer que esta medida implique un mejoramiento paulatino del servicio”.

A su vez, la senadora nacional y candidata a la gobernación de Santa Fe por el Frente Social para la Victoria, Rosana Latorre, elogió al Ejecutivo nacional por la decisión de rescindir el contrato de concesión a la empresa Transporte Metropolitano de los servicios ferroviarios de los ramales Roca y Belgrano Sur, señalando que “la rescisión del contrato marca el ocaso de una etapa de recesión económica y regresión social”.

Además, opinó la presidente de la comisión bicameral del defensor del Pueblo que “el fracaso de Metropolitano da por tierra con el discurso que asociaba a la privatización con la eficiencia”.

“La privatización -y en algunos casos el cierre- de los ferrocarriles hizo agua por todos lados: incumplimiento de los términos de la concesión, servicios que lejos de mejorar empeoraron, desinversión en infraestructura, atraso tecnológico”, señalo.

Para Latorre, “la quita del gerenciamiento a la empresa Metropolitano de esa líneas ferroviarias es la impronta de un gobierno que no se deja avasallar por intereses monopólicos, ajenos a las necesidades de la gente común”.

Por su lado, el chaqueño Jorge Capitanich dijo que “todos los servicios públicos que el gobierno considera que no están bien prestados deberían ser nuevamente privatizados o, en todo caso, tomados a cargo del Estado”.

“Evidentemente, la rescisión del contrato implica la necesidad impostergable de establecer un mejor servicio de trenes”, insistió Capitanich.

Desde la oposición, el radical Gerardo Morales sostuvo que “no había más remedio” que rescindir el contrato y señaló que el empresario Sergio Taselli, hasta hoy al frente de la concesión, “es amigo del gobierno”.
“No sólo hay que rescindirle el contrato, también hay que exigirle a Taselli que no se vaya del país para que explique qué hizo con los 180 millones de pesos que el Estado le dio como subsidio en diciembre del año pasado”, sentenció Morales.

El senador jujeño sostuvo que Tasselli “es un capitalista amigo del Gobierno”, y que si le acaban de quitar las concesiones de las ex líneas Roca y Belgrano Sur es por la “debilidad en que se encuentra el ministro de Planificación, Julio De Vido”, a raíz de recientes imputaciones que lo vincularían a supuestos hechos de corrupción.

“Si no fuera por eso Tasselli seguiría al frente de las concesiones”, evaluó el titular de la UCR.