Los transportes fueron el eje de discusión en la sesión del Senado. Fuertes críticas al Gobierno en general y a Ricardo Jaime en particular.
Un debate de gran intensidad tuvo lugar en la Cámara alta, en torno a los subsidios y el papel del controvertido secretario de Transporte, Ricardo Jaime.
La discusión comenzó a partir de un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), en el que se cuestiona el funcionamiento de dos fideicomisos manejados por el Estado.
El trabajo fue rechazado por el oficialismo, mientras la oposición elaboraba en la Comisión Mixta Revisora de Cuentas del Parlamento un dictamen en minoría con críticas al Gobierno basadas precisamente en el informe de la Auditoría, principalmente en lo referido a la supuesta falta transparencia de los fondos de los fideicomisos.
El Orden del Día tuvo tres dictámenes, dos de minoría y uno de mayoría, que fue el que finalmente fue respaldado por 25 votos afirmativos contra 18 negativos.
El proyecto auspiciado por el oficialismo le solicitaba al Poder Ejecutivo un informe sobre “las medidas adoptadas en atención a las observaciones formuladas” por la AGN para asegurar la eficiencia del control ejercido por la Secretaría de Transporte con relación a la asignación de los subsidios al sistema ferroviario y al de transporte automotor.
En cambio, el dictamen de minoría del radicalismo le reclamaba al Poder Ejecutivo que la Secretaría de Transporte “adopte las medidas necesarias para corregir las graves irregularidades detectadas por la AGN a efectos de garantizar la eficiencia del control ejercido con relación a la asignación” de los subsidios al transporte.
Por el oficialismo habló Jorge Capitanich, titular de la Comisión de Presupuesto, quien defendió los subsidios, señalando que los mismos constituyen una herramienta esencial dentro de la “política estratégica” del Gobierno de mejorar los ingresos de los sectores más pobres.
Al respecto, destacó que en caso de que no hubiera subsidios el precio del boleto en Capital Federal no sería de 70 centavos sino de 1,70 pesos. Agregó que los subsidios crecen en función de la mayor cantidad de pasajeros transportados y mayor kilometraje recorrido que se registraron en los últimos años, y precisó que 25 mil unidades de transporte reciben subsidios.
También en defensa del uso de los subsidios intervino el pingüino Nicolás Fernández, recordando que “a partir de 2001 el Estado se tuvo que hacer cargo de que el transporte público lo siga siendo”.
Fernández dijo que los subsidios al peaje y el transporte de carga sirven para que no aumenten los fletes, lo cual sería disparador” de aumentos de los precios.
Desde la vereda de enfrente, el senador socialista Rubén Giustiniani dijo que el Gobierno “no sabe qué hacer con los servicios públicos”, si bien consideró que en su momento “fue positivo fijar las tarifas”, pero que “con el paso de los años se convirtió, más que en un sistema de redistribución de ingresos de los que más tienen a los que tienen menos, en un sistema inverso que favorece a quienes cobran los subsidios.
Luego sostuvo que los pasajeros de trenes “van a seguir viajando como ganado”, y sostuvo que sacarle la concesión a la empresa Metropolitano de las ex líneas Roca y Belgrano Sur para dársela a la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia “no es una solución de fondo”.
Más adelante, el senador jujeño y presidente del radicalismo, Gerardo Morales, la emprendió contra el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, a quien cuestionó porque “no responde a los informes” de la oposición, y anticipó que se podría presentar un recurso de amparo ante los tribunales.
Morales destacó que no es el deseo de la oposición judicializar la política, pero aclaró que es Jaime quien hace un año que no responde ninguno de los requerimientos que se le hacen.
Morales también le dio duro al desplazado empresario Sergio Tasselli, titular de Metropolitano, recibía casi 500 millones de pesos anuales en concepto de subsidios, y que e marzo pasado recibió una suma extra de 114 millones de pesos.
“Es un empresario amigo del Gobierno”, deslizó el jefe del radicalismo, aclarando y que si bien el Poder Ejecutivo “no vacila en rescindirle” los contratos, pero que “tampoco vacila en darle dinero”.
En síntesis, Morales aclaró que estaba a favor del sistema de subsidios al transporte, pero dijo que “sin De Vido y sin Jaime”.
Si él fuera el presidente sacaría “a patadas” a Jaime, entre otros motivos porque “nunca” fue al Congreso a brindar un informe, remarcó Gerardo Morales.
