El senador Gerardo Morales explicó que “esta mañana nos sorprendimos cuando escuchamos que el Presidente de la Nación aseguró que no se puede poner las manos en el fuego por nadie, en referencia al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno”.

Morales sostuvo que “dejando de lado, por el momento, las declaraciones tan extremas de Néstor Kirchner con respecto al secretario de Comercio Interior, sin dudas, éstas son indicios que se suman a nuestra sensación de que en el INDEC la situación es de suma gravedad y podría considerarse un golpe institucional al derecho a la información verídica, por lo que nos presentamos ante la Justicia -los pasados 18 de abril y 15 de mayo- para que determine la posibilidad de la comisión de delitos por parte de funcionarios públicos, entre otros, Guillermo Moreno”.

“El Presidente de la Nación por un lado, tiene la obligación de nombrar gente idónea, tanto con capacidad técnica, como moral y apego a los principios democráticos, y, por el otro, tiene la obligación de denunciar los casos de corrupción o desviación que conozca entre los funcionarios del Poder Ejecutivo”, añadió el senador jujeño. Y agregó: “pero si desde un principio Kirchner sostiene que no respalda la figura o conducta de sus funcionarios, resta la confianza de los ciudadanos en la persona designada pero asimismo en la que designa, el propio Presidente. Entonces, luego de la declaración presidencial, es presumible suponer que toda persona que ejerce un cargo público no cuenta con el respaldo o aval presidencial ni es factible esperar del Presidente la responsabilidad atinente al nombramiento”.

El senador radical recordó el caso del titular del Enargas, Fulvio Madaro donde el cargo de presidente de los organismos de control de las empresas privatizadas debe ser designado por concurso público, “sin embargo el Presidente decidió en 2004 saltearse dicha instancia en el caso del ENARGAS interviniendolo, primero con Madaro, y luego a Juan Carlos Pezoa. Siempre en el márgen de la ley, y de acuerdo con su reconocida arbitrariedad fundada indebidamente en la emergencia.”

“En definitiva, Kichner más que no poner las manos en el fuego, en general le suelta la mano a sus colaboradores cuando siente que se quema”, finalizó Morales.