Por Susana García
La soberbia y la sin razón nos hicieron perder, a todos los argentinos, un tiempo significativo para la construcción de consensos en pos de la elaboración de un Plan Estratégico en materia de Ganadería.
Desde el 2003 venimos sosteniendo las dificultades para emprender la construcción de una política agropecuaria que funcione con sinergia en un modelo de desarrollo sustentable. Todas las acciones llevadas a cabo fueron espasmódicas respuestas a reclamos (legítimos o no) de los distintos sectores involucrados, fundamentalmente en la cadena cárnica. No se evaluaron propuestas alternativas ni se escuchó a una oposición que acercó propuestas, canales de diálogo y, fundamentalmente, vocación para trabajar desde distintas visiones y consensuar algún punto que permitiera desatar el nudo de los intereses particulares para construir en el sentido del interés nacional.
Si seguimos detalladamente los acontecimientos del último año en materia de carnes, era absolutamente predecible que en el 2007 estaríamos en este lugar: desabastecidos, con liquidación de vientres, buena parte de los productores pensando una salida a la soja y la ganadería establecida en zonas marginales. Un país ganadero sin ganado, con un mercado interno que consume cada vez más carne, con problemas para satisfacer demanda externa y un crecimiento inusitado e incontrolable en los precios internos de la carne.
Las soluciones de mayor control e intervención no fueron acertadas. Pero no porque no deban existir controles y una mirada muy estricta desde el Estado, sino porque la actitud para llevar adelante los controles es intimidatoria y mafiosa. Una debilidad manifiesta del Ministerio de Economía y un poder excesivo de la Secretaría de Comercio no iba a durar mucho tiempo. Finalmente estalló.
Tardíamente se llega a un acuerdo con las entidades del agro, acuerdo que no parece haber profundizado más que una decisión de quitar presión sobre el mercado y desensillar hasta que aclare. Lo cierto es que llevamos casi cuatro años de desensillar y esperar que aclare. Estamos convencidos que es el momento de tomar las decisiones adecuadas y esto es poner en marcha un Plan Ganadero Nacional Estratégico, que contemple todos los eslabones de la cadena y fundamentalmente que esté inserto en un Plan de Desarrollo Regional Nacional.
Estamos ansiosos por empezar a discutir propuestas en este sentido. Acompañaremos todas las acciones que permitan un diálogo fecundo, pero no perdamos más tiempo. Es un momento de decisiones y éstas ya no admiten equivocaciones, marchas y contramarchas. Pongámonos a caminar en pos de un modelo de desarrollo sustentable y sin exclusiones.
*Susana García es diputada de la Nación ARI-Santa Fe