Autoridades porteñas y bonaerenses impulsan una ley para que los supermercados reemplacen las bolsas de plástico que dan a sus clientes con la mercadería por otras de papel para reducir la contaminación ambiental al evitar la llegada del material no biodegradable a los rellenos.

Estas bolsas, pese a que son muy prácticas, están constituidas por polietileno o polipropileno, que son materiales no biodegradables, es decir, que no se destruyen en forma natural. Pero además, el plástico es un derivado del petróleo, un recurso no renovable que a medida que se utiliza se extingue y aumenta su costo.

Cada bolsa de plástico que se utiliza tiene un alto costo medioambiental, dado que al llegar al relleno sanitario demanda mucho más tiempo en descomponerse que el papel o cartón.

Ante esta situación preocupante, el Ministerio de Medio Ambiente porteño y la Secretaría de Política Ambiental bonaerense decidieron, en forma conjunta, respaldar la iniciativa que cuenta con sendos proyectos presentados en ambas Legislaturas.

En el caso de la Ciudad, el titular de la cartera ambiental, Juan Manuel Velasco, quien presentó el proyecto legislativo cuando era diputado, contó que la medida contempla “la reducción progresiva del material no biodegradable a los rellenos sanitarios” y apunta a crear en la sociedad “una buena práctica para que se usen más los recipientes biodegradables”.

En la iniciativa, que está en análisis en la Comisión de Medio Ambiente próxima a bajar al recinto, se advierte que las cadenas de supermercado tendrán hasta 24 meses para implementar la entrega de bolsas de papel en sustitución de las de plástico y fija multas para los locales que no se adhieran en ese lapso.