Jaqueada por el embate judicial en su contra, Felisa Miceli presentó su dimisión. Su reemplazante será el secretario de Industria, Miguel Peirano.
El 24 de junio pasado el gobierno porteño tuvo un disgusto fuerte que bien podría equipararse a la derrota electoral que ese mismo día le propinaría el PRO al candidato oficialista. Es que ese día el diario Perfil publicó la nota que comenzó a erosionar la estabilidad de Felisa Miceli.
La primera reacción oficial fue la de desmentir el hallazgo de una bolsa de dinero en el despacho de la ministra de Economía. Poco después la desmentida se trastocó en aclaración. Y cada aclaración de Felisa Miceli -que cuando a la postre dio la cara públicamente para dar su versión, empeoró aún más las cosas- oscureció más el panorama.
Cuando el fiscal Marijuan se anticipó a pedir la indagatoria a la funcionaria este lunes bien temprano, se sabía que los minutos de Felisa Miceli en el Ministerio de Economía estaban contados.
Y al promediar la tarde, la ministra presentó su renuncia, ya cercada por el avance de esa investigación judicial sobre los doscientos mil pesos hallados en su despacho.
En el Parlamento quedaron numerosos pedidos de interpelación para la ministra, o demandas para que al menos asistiera al recinto a dar explicaciones. En ese marco, precisamente para este martes los senadores nacionales de la UCR junto a sus pares de la oposición, pretendían realizar este martes una sesión especial en minoría para tratar varios temas que involucran a Felisa Miceli.
En el temario de la sesión especial figuraba la bolsa de dinero encontrada en el baño de la funcionaria y la denuncia del radicalismo sobre la negativa de Miceli en brindar datos del INDEC. Obviamente el oficialismo había anticipado que no asistiría al debate, por lo que la sesión sería en minoría, aunque ahora perdió su razón de ser.
La funcionaria le presentó la dimisión por la tarde al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pero ya por la mañana le había anticipado al Presidente que no deseaba seguir haciéndole pagar el costo de que la sostuviera al frente del Palacio de Hacienda.
Según revelaron diversas fuentes, dicen que una abatida Miceli deslizó un “me voy porque no le puedo hacer daño a un Presidente que confió en mí”.
Entre los nombres que figuraron ni bien consumada la renuncia, figuró el de la diputada Mercedes Marcó del Pont. También sonó aún más fuerte el del secretario de Hacienda Carlos Mosse, y el de Beatriz Nofal.
A la postre, el elegido fue el secretario de Industria Miguel Peirano, quien ocupará el cargo hasta el 10 de diciembre, cuando asuma el o la nueva presidente.
