Según Alberto Fernández, el Parlamento derogaría la ley Cafiero el 15 de agosto. Pero no le darían los $900 millones de pesos a Macri.
El Gobierno nacional tiene decidido avanzar para que la Ciudad pueda finalmente tener bajo su control el manejo de la seguridad, pero no le transferirá los fondos necesarios para el funcionamiento.
Dejará de manos atadas a Mauricio Macri, que en diciembre asumirá la Jefatura del Gobierno porteño con el camino libre para concretar su promesa de campaña, pero sin los $900 millones anuales que destina el Gobierno para la seguridad metropolitana.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, adelantó que la Casa Rosada ya pidió a los legisladores kirchneristas que modifiquen la llamada ley Cafiero, que prohíbe a la ciudad contar con una policía propia. Según sus cálculos, el oficialismo tiene previsto que los cambios se terminen de concretar en ambas cámaras legislativas el 15 de agosto, fecha acordada con Macri en aquella primera y única reunión que mantuvo el presidente Néstor Kirchner con el líder de Pro.
“¿Por qué el Estado nacional debería pagar el gasto de una policía porteña? De ninguna manera”, se preguntaba y contestaba enseguida un alto funcionario del Gobierno sobre la intención de Macri de contar con los recursos.
Después de los prometidos gestos del Gobierno puestos de manifiesto por el jefe de gobierno porteño electo en una conferencia de prensa tras la reunión con el Presidente, en la Casa Rosada sólo dicen que se acordó la modificación de la ley Cafiero. Nada más.
“El debate está acordado en la Cámara de Diputados, que va a acceder a modificar la norma. Después Macri pidió la plata, pero eso no se acordó y tampoco los legisladores del interior del país están dispuestos a aceptarlo”, insisten.
No sin ironías, en el Gobierno dicen que si Macri quiere su policía, como lo prometió en la campaña, la tendrá. “Pero los fondos para su funcionamiento saldrán de los recursos de la ciudad”, aclaran.
La situación que analiza el Presidente es que el macrismo ha “politizado” la discusión.
En el entorno del líder de Pro están más que intranquilos y prometen dejar en evidencia lo que califican como “trabas” que pone el Gobierno.
“Sin recursos no hay seguridad”, sostuvo el diputado Federico Pinedo, jefe del interbloque Propuesta Federal, en una especie de latiguillo con el que se defenderán ante sus votantes si no encuentran soluciones. Su idea es dejar en claro ante la sociedad que la promesa de campaña de que la ciudad contará con una policía propia sigue en pie. El macrismo ensayó anteayer esa ofensiva con una carta abierta en la que les explicó a los vecinos que “quienes son responsables” de cuidarlos “no tienen la seguridad de los porteños como prioridad” y buscó dejar en evidencia la negativa de los funcionarios del Poder Ejecutivo de recibir a los dirigentes de Pro. Se referían al rechazo del ministro del Interior de recibir a Eugenio Burzaco para tratar la transferencia policial mientras Macri estaba de vacaciones en París.
El próximo miércoles, el macrismo se jugará a conseguir abrir el debate por la autonomía en una sesión especial en Diputados a la que convocó junto con otros sectores. Pero el kirchnerismo promete resistir. Cerca del presidente de la Cámara baja, Alberto Balestrini, deslizaron que Pro no conseguirá el quórum necesario para la sesión y señalaron que como falta la discusión en comisión, el debate se estancará. De todas maneras, aunque aún no hay fechas, la orden de la Casa Rosada está dada.
Por us parte, los legisladores del interior del país son los que llevarán adelante la resistencia del oficialismo en el Congreso para que los fondos nacionales no se transfieran a la seguridad porteña. En el kirchnerismo ya se abrió el debate aunque, en rigor, seguirán los lineamientos de la Casa Rosada. “Si se traspasa el dinero se tocan recursos de la coparticipación. Eso es inadmisible”, confiaron fuentes parlamentarias del oficialismo.
Paradójicamente, el proyecto del kirchnerismo que se puso a consideración de los demás legisladores, de la diputada Juliana Marino, contempla la transferencia de recursos para el funcionamiento de la policía.
En el Gobierno, no obstante, no quieren saber nada. La única alternativa posible es que Macri cree su propia fuerza con su propia plata.
