Ante el cariz que toma la puja en torno al traspaso de la policía de la ciudad, las futuras autoridades porteñas analizan contar con un número de efectivos propios.
Fuentes del macrismo aseguraron que avanzarán en la conformación de una policía propia aún sin el traspaso de los fondos que reclama a la Nación. Ello no implica, de todos modos, que dejen de reclamar que la transferencia se concrete con los recursos.
Ese sería el Plan B con el que el macrismo reaccionaría ante un eventual estancamiento de las negociaciones.
En este marco, el diputado nacional Cristian Ritondo se amparó en la necesidad de contar con una fuerza propia, confrontando también con los argumentos que señalan la oposición de los legisladores del interior a que el Estado haga el traspaso con fondos. Al respecto, destacó por ejemplo que esta ciudad, a diferencia de otras, no puede contar con los recursos del puerto. Y que, por ejemplo, cuando los camiones que llevan a las provincias lo que llega al puerto porteño, rompen las calles, estas se arreglan con recursos de los habitantes de esta ciudad.
Ritondo sostuvo que la derogación del artículo 7 de la Ley Cafiero “es buena porque le saca el cepo a la Ciudad”.
El miércoles que viene se verán las cartas definitivas, cuando se reúna la Comisión de Asuntos Municipales para tratar la modificación a la norma que acota la autonomía de la Ciudad. Así lo adelantó el titular de la bancada kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi, quien aseguró que “hay voluntad política para tratarlo sobre tablas ese mismo miércoles en el recinto o el otro miércoles”.
De cualquier modo, dejó en claro que si bien está asegurado que se habilitará a la Ciudad a tener su propia Policía, los diputados no aprobarían el traspaso de fondos desde la Nación para financiar la fuerza. “El Estado nacional no financia a ninguna fuerza de seguridad del resto del país”, remarcó Rossi.
Para Ritondo, el traspaso de atribuciones y fondos por parte de la Nación a la Ciudad “es importante” porque permite al gobierno comunal “empezar a hacer cambios mucho más rápido” que si debiera abocarse a la creación de un organismo propio. De todos modos, consideró ilógico que la Capital tenga “comisarías propias a media cuadra de las de la Policía Federal”.
Si la Ciudad avanzara en la creación de una fuerza propia de seguridad, ésta se abocaría a los delitos locales mientras que las delegaciones de la Policía Federal tendrían injerencia sobre temas de orden, justamente, federal, como sucede en las provincias.
